Madrid. Los centros de votación en Guatemala han abierto ya sus puertas para que los aproximadamente ocho millones de ciudadanos empadronados ejerzan su derecho en la primera ronda a elegir al Presidente de la República, 160 diputados, 340 cargos municipales y 40 miembros del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
En estas elecciones, la ex primera dama Sandra Torres es la gran favorita, aunque tendría complicado repetir victoria en la segunda vuelta del 11 de agosto, en un ambiente viciado por las decisiones judiciales y la corrupción.
Torres, que compite por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), es la aspirante con más opciones de ganar, al menos la primera vuelta. Según los sondeos sobre intención de voto, concita un 22 por ciento de las preferencias, con una distancia de más de diez puntos sobre el siguiente candidato, lo que le aseguraría el pase al balotaje.
Fue la mujer de Álvaro Colom (2008-2011) y se divorciaron en el ocaso de su Gobierno, tras haber declarado abiertamente su deseo de ocupar el sillón presidencial en los comicios de 2011. Los tribunales Electoral, Supremo y Constitucional vetaron su candidatura porque la Carta Magna prohíbe a la familia del Presidente en ejercicio sucederle inmediatamente.
Lo volvió a intentar en las elecciones presidenciales de 2015, en las que logró pasar a una segunda vuelta donde fue derrotada por Jimmy Morales, que el 14 de enero abandonará el cargo, puesto que la Constitución de Guatemala prohíbe la reelección.
La tercera tentativa tampoco ha estado exenta de polémica. Torres ha estado a punto de no poder concurrir por una acusación sobre la presunta financiación ilegal de la campaña de 2015. La Corte Constitucional ha analizado su caso y la ha dejado participar en la contienda electoral, si bien aún debe emitir su decisión definitiva.
Estas maniobras han socavado el capital político de Torres, que también es la que mayor rechazo genera. El 34 por ciento de los entrevistados por Gallup en la Segunda Encuesta de Opinión Pública, publicada esta misma semana, dice que nunca votaría por ella. Le sigue Roberto Arzú, de la coalición conservadora PAN-Podemos, con un 3 por ciento.
El rechazo popular a Torres se reflejaría en una segunda vuelta -que se da por segura porque ninguno de los candidatos suma más del 50 por ciento en las encuestas–ç, ya que perdería contra cualquiera de los dos aspirantes que ocupan el segundo y el tercer puesto de cara este domingo.
Alejandro Giammattei, de Vamos por una Guatemala Diferente, conseguiría un 11.6 de los votos en la primera vuelta, en una situación de empate técnico con Arzú, con un 9.2. En un hipotético balotaje con Torres, Giammattei ganaría con un 38 frente a un 34 por ciento, y Arzú lo haría con un 36 frente a un 33 por ciento, de acuerdo con Gallup.