Serafín Vázquez
Hoy nadie duda de la calidad literaria de la obra de José Agustín, sin embargo, narra que en sus comienzos enfrentó duras críticas por quienes dominaban la escena cultural en los años 60.
Escribe en El rock de la cárcel que el maestro Huberto Batis criticó duramente su novela De perfil:
publicó en la contraportada del suplemento cultural de El Heraldo una enorme silueta de un burro de perfil y abajo una crítica de mi novela; la cabeza de la nota, » José Agustín: De perfil, era a la vez pie de la ilustración.
En esta autobiografía parcial, el escritor narra sus amistades con actores, actrices, políticos y escritores como José Revueltas. Sus amores con Angélica María, su viaje a Cuba con su primera esposa -Margarita Dalton- hija del poeta y militante comunista Roque Dalton, sus experiencias con las drogas.
Su estancia carcelaria de más de medio año en 1971 por acusaciones de traficar 17 kilogramos de mariguana, la ineficacia de su abogado, el priista Arsenio Farrell. Y como la intervención de otro priista, Mario Moya Palencia, fue la clave para ser absuelto y recobrar la libertad.
En El rock… José Agustín escribe que es increíble que fumar mariguana en México sea considerado un delito, y que sea castigado con cárcel; y todavía peor, que a los adictos a las drogas se les trate como delincuentes privándolos de su libertad en un infernal penal como lo era en aquel entonces Lecumberri.
Y proponía como solución, la legalización de la hierba, pues su tráfico ilegal sólo enriquecía a los grandes narcotraficantes y castigaba a campesinos, consumidores y vendedores en baja escala.
En la cárcel, en 1971, conoció a varios presos políticos, entre ellos, el poblano Joel Arriaga; y se reencontró con Revueltas.
Pero qué anda haciendo usted aquí, me preguntó cuando me asomé por primera vez al jardincito de la crujía M. Pues ya ve, me agarraron con mota. Creo que le dio tristeza, por simple solidaridad humana porque nunca le gustó lo que yo escribía.
El rock… ha sido reeditado muchas veces, y aunque fue publicado en 1985, hoy se puede conseguir en casi cualquier librería.
Arreola y Bestiario
El ajolote es un texto de Juan José Arreola, dictado por el jalisciense al joven maestro José Emilio Pacheco.
Arreola estaba abrumado por las deudas y se acababa el plazo que la UNAM le había fijado para entregar los textos que acompañarían una carpeta con dibujos de Héctor Xavier, finalmente publicada en 1959 con el nombre de Punta de Plata.
Pero Arreola estaba en blanco, bloqueado, por lo que -cuenta Pacheco, un día llegó a la casa del nacido en Zapotitlán el Grande y le dijo que fuera pensando en voz alta los textos y que él los iría escribiendo.
Y así, de un tirón (una semana) nacieron las 23 ingeniosas historias que sobre animales integran Bestiario.
el 8 de diciembre, ya con el agua al cuello, me presente en Elba y Lerma a las nueve de la mañana, hice que Arreola se arrojara en su catre, me senté a la mesa de pino, saqué papel, pluma y tintero y le dije:
-No hay más remedio. ¡Me dicta o me dicta!
El postfacio de José Emilio es tan rico en anécdotas sobre el nacimiento de Bestiario que bien valdría una reseña y no una simple presentación como ésta para los textos de José Agustín y Juan José Arreola con los que reiniciamos Travesía, tras algunas semanas de ausencia.