En los dos últimos gobiernos panistas cualquier denuncia de corrupción era catalogada como una blasfemia.
Inadmisible la crítica a Rafael Moreno Valle y posteriormente a Tony Gali Fayad. Quienes lo hicimos fuimos perseguidos y descalificados; juzgados y sentenciados como enemigos públicos.
Los tiempos son otros. El mismo Gobernador electo Luis Miguel Barbosa, ha revelado que en Puebla Comunicaciones existen casos de “aviadores”, detectándose que aparecen personas dentro de la nómina estatal que no trabajan para el Gobierno del Estado.
El líder del Congreso estatal, Gabriel Biestro, ha mencionado que la privatización del agua va para atrás. Es decir, Concesiones Integrales no pasará la prueba anticorrupción, pues el servicio y cobro abusivo del vital líquido es palpable.
Y conste que nada más se citan dos casos de manera aleatoria.
Cuando se puso en duda la transparencia con que se implementó el programa de los Centros de Salud y Servicios Ampliados (CESSA), hubo malestar, entonces comunicación social del morenovallismo desmentía todo lo que consideraba una difamación.
El CESSA localizado entre Zavaleta y Forjadores, que cubre a la perfección un fraccionamiento lujoso que se hizo sobre una reserva forestal que estaba conectada con los antiguos viveros, es una muestra de los inmuebles disfrazados de centros de salud que nunca han funcionado; sin embargo, recibieron una propaganda inusitada. Eran ejemplo de cobertura médica con equipo, medicamentos y atención durante las 24 horas de cada uno de los 367 días del año.
¡Una falsedad absoluta!
El responsable de este programa, Jorge Aguilar Chedraui, fue catalogado como un candidato natural al Gobierno de Puebla. Poco después, se sabría que los CESSA fueron objeto de un desvío de mucho dinero al presupuesto estatal que rebasa los 167 millones de pesos que, ahora, serán parte de la revisión que hará el Congreso del Estado al abrirse las cuentas del ex Secretario de Salud.
No es cuestión de una cacería de brujas, es parte del combate justo a la corrupción e impunidad anunciado por el nuevo gobierno de MORENA.
Existen ex funcionarios que pensaron que lo que hicieron estaba sepultado por el pasado y por la euforia del triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional. No es así: La apertura de las cuentas de Moreno Valle y Gali Fayad desatarán los nudos de los personajes que delinquieron, pero también de aquellos que aceptaron convertirse en prestanombres de la enorme fortuna que amasó el morenovallismo.
Independientemente del programa de los CESSA que impulsó Aguilar Chedraui, se afirma que hay un personaje conocido que se disfrazó de constructor que ganó millones y a quien se le asignó la edificación de esas clínicas. Es el mismo que también se le otorgó la concesión de distribuir comida en todos los DIF del Estado y los equipos para discapacitados que supuestamente deberían entregarse a gente pobre.
Si se piensa que las investigaciones son simples ocurrencias de quien esto escribe, mejor pregúntenle a la encargada de despacho de la Secretaría de la Contraloría, Karen Berlanga Valdés, quien ha confirmado que existen procesos de auditoría en contra de funcionarios de anteriores administraciones estatales.
Si bien, Karen Berlanga, no cita nombres ni dice hasta que administraciones abarca el arqueo, es para no alertar a posibles involucrados que provocaron daños al erario que los enriqueció.
Las obras suntuosas defectuosas, inservibles y que fueron emblema del morenovallismo, también serán revisadas con lupa en sus moches, altos costos y sus beneficiarios.
Hay mucha tela de donde cortar.