Oaxaca/Notimex
De Francisco Toledo pueden decirse muchas cosas incluso después de su muerte, pues su legado abarcó un sinfín de actividades; destacó en escultura, pintura, promoción cultural, edición de libros, enseñanza, activismo… mucho.
Escultor, pintor, promotor cultural, editor de libros, maestro y activista enfocado a la defensa del patrimonio cultural de Oaxaca y otras obras altruistas, Francisco Benjamín López Toledo nació el 17 de julio de 1940.
Abarcó diversas técnicas durante su vida: la escultura en piedra, la madera, el diseño de tapices, la acuarela, el grabado sobre linóleo y metal, el fresco, el gouache, el óleo y la litografía.
Pero su labor no se quedó en el arte sino que trascendió al involucrarse en causas como la defensa del patrimonio cultural de Oaxaca, la defensa de la naturaleza y otras obras altruistas.
Ingenioso, irónico, nunca tuvo identificación oficial pues decía que no confiaba en el sistema democrático del país, pero sus obras sí lograron identificación en países europeos; residió y estudió fuera de México, fundó diversos espacios importantes para el arte en el país y nunca olvidó la tierra que lo vio nacer.
Francisco Benjamín López Toledo llegó al mundo el 17 de julio de 1940, según contó a la periodista Angélica Abelleyra en el libro Se busca un alma. Hijo de un comerciante, tuvo seis hermanos y su madre formó parte de una familia de matanceros.
En el conjunto de su obra, las expresiones eróticas están presentes, en mayor o menor medida, de una forma o de otra, siempre con la mayor naturalidad. Y lo mismo dibuja un murciélago que un chapulín o un elefante, desafiando, a la vez, al espectador. En voz de Alejandra Frausto Guerrero, Francisco Toledo tiene espíritu de nagual. Así desgrana la idea:
El maestro Francisco Toledo, quien falleció la víspera, era dueño de un corazón generoso y supo estar con Juchitán en los días difíciles, como en los años ochentas y además apoyar a Oaxaca tras el terremoto de 2017.
Después del sismo del 7 de septiembre de 2017, Toledo junto con su hija abrieron una cuenta bancaria para recibir donativos para los damnificados en el Istmo oaxaqueño y tras el terremoto del 19 de septiembre del mismo año donó algunas de sus obras para recaudar fondos.
Asimismo, usuarios de redes sociales recordaron que Francisco Toledo impulsó las artes, a artistas locales, a indígenas, que apoyaba el cuidado del medio ambiente y el maíz, por lo que realizan en su honor homenajes en las calles de Juchitán y de Oaxaca.
Francisco viajó a Europa para asistir a museos y continuar estudios en el viejo continente. Justamente en París ingresó al taller de S.W Hayter, donde conoció a Octavio Paz y Rufino Tamayo, con quien estrechó una relación significativa de compañerismo, amistad y hasta de negocios.
Tamayo sería para Toledo una figura importante dentro de sus opiniones e influencias, pues se interesó en la obra del oaxaqueño a primera vista: le aconsejó, vendió su obra con conocidos y le ayudó a exponer en espacios importantes de la Ciudad de México. En cambio, con Paz solía compartir cenas, lecturas y recomendaciones de textos, además de viajes, idas al cine y museos.
Otro de los personajes con quienes posteriormente se involucró de manera amistosa fue con el escritor mexicano Carlos Monsiváis, quien en 2001 escribió en la introducción del libro Obra gráfica para Arvil (1974-2001):
Durante la primera mitad de la década de los 60 comenzó a tener una buena racha por su trabajo, una beca le permitió residir en Paris para trabajar y estudiar, a la vez, en el taller del británico Stanley Hayter. El ensayista André Pieyre de Mandiargues lo reconoció por su «sentido sagrado de la vida» y «su desarrollo de lo mítico».
En 1998 recibió el Premio Nacional de las Artes por su amplia labor en el medio creativo. En 2003 le otorgaron el Premio anual Federico Sescosse, dado por el Consejo Internacional de Museos y Sitios (vinculado a la Unesco), y en 2005 recibió el Premio Nobel de la Paz Alternativo “Right Livelihood Award”, otorgado por una fundación de orígen sueco que reconoció su activismo en la defensa del patrimonio cultural y el medio ambiente de Oaxaca. En 2007 obtuvo el Doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).