¿Y si legalizaran el aborto?
A ver. El tema de liberalizar o legalizar la práctica del aborto no es fácil pero debe discutirse.
No estoy de acuerdo en que se deje para después su despenalización.
Debe analizarse, reflexionarse, debatirse a la luz de la razón, de la ciencia y de los hechos.
Porque tiene dos vertientes, bueno, tres.
- Es un problema de salud pública.
- Es un tema moral/religioso.
- Su aprobación se convierte en un asunto político, de gobernabilidad.
Veamos.
Las familias que ven a sus hijas de 11, 12, 14 años embarazarse no encuentran una salida más que concluir el embarazo y condenar a las menores a una atadura que les frenará toda posibilidad de desarrollarse profesionalmente en la vida.
Las causas de los embarazos a esas edades van desde violaciones a manos principalmente de familiares, incluso de profesores, hasta precocidad de los noviecitos que tienen muchas hormonas pero pocas neuronas.
No es falta de información.
Es falta de control.
Pero sea la causa que sea, el hecho del embarazo a esa edad es un crimen.
Debería serlo jurídicamente, al menos.
Y no hay un marco jurídico que garantice a esas niñas y adolescentes a defenderse ante esa realidad.
Es prioritario atenderlas como un asunto de salud pública porque Puebla encabeza los estados por número de menores embarazadas.
El segundo enfoque es el relacionado con la “moral” y “las creencias”, la religión, pues.
La Iglesia tiene derecho a oponerse a avalar el aborto, a pesar de todas las evidencias que reflejan la crueldad de someter a las niñas a hacerse cargo de un bebé. Pero concedamos su derecho.
Sin embargo, los propios fieles son más papistas que el Papa y esgrimen una doble moral cuando les pasa una situación de ese tipo. Cuando las hijas de las familias acomodadas tienen un embarazo tempranero, obligan al padre a buscar abortos clandestinos para no pasar por la vergüenza social, “aunque sea en una clínica de esas o en la cdmx pero que aborte”.
Esto pone en riesgo mayor a las menores, muchas de las cuales mueren o sufren daños severos por la mala práctica del procedimiento clandestino.
Y finalmente, el enfoque político. Nadie, ni de derecha, ni de izquierda ni de centro se quiere aventar el broncón de aprobar una ley que permita el aborto voluntario sin causar penas corporales a las menores de edad.
Oaxaca puso la muestra. Ojalá los siguiéramos.