Parásitos de Bong Joon Ho, una sátira sobre la lucha de clases, se llevó cuatro estatuillas en la 92° entrega de los Oscar, Mejor Película, Mejor Guion Original, Mejor Película Internacional (antes Mejor Película en Lengua Extranjera) y Mejor Director.
Se estrenó en la 72º edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, donde el jurado presidido por Alejandro González Iñárritu le otorgó la codiciada Palma de Oro.
Parásitos tiene como protagonistas a la familia Kim. Padre, madre, hijo e hija. Los cuatro están en el desempleo, ingeniándoselas para subsistir entre falta de servicios, empleos temporales y un sótano a duras penas acondicionado como casa. La oportunidad de dejar la pobreza llega cuando un amigo de Ki-woo (el hijo) los visita para despedirse porque se irá a estudiar al extranjero y le propone a Ki-woo que se quede con su trabajo como maestro particular de inglés de la hija de la adinerada familia Park.
Para obtener la vacante, Ki-woo tendrá que falsificar un certificado de estudios que lo haga pasar como tutor calificado. ¿Estará dispuesto a comprometer su integridad a cambio de trabajo? Parásitos responde esta pregunta en los primeros minutos de trama. Y la respuesta es: por supuesto.
De hecho, una vez que el joven convence a los Park de ser el indicado para dar clases de inglés a su hija, el resto de los Kim inicia un meticuloso plan para colocarse como elementos de servicio doméstico en la mansión Park.
El arribismo de los Kim, su mecánica de infiltración y la riqueza analítica con que están escritas las interacciones entre familia rica y familia pobre, rinden para una crítica social ya en sí superior a muchas vistas durante este año.