Dr. Juan Carlos Botello y Dr. Werner G.C. Voigt, Profesor Emérito
El pasado 15 de noviembre se firmó en la Cumbre Virtual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) el pacto comercial más importante del mundo y de la región Asia-Pacífico. Se trata de la RCEP (Regional Comprehensive Economic Partnership) o en español, la Asociación Económica Regional Integral. Los países que integran esta región comercial son China, Vietnam, Singapur, Indonesia, Malasia, Tailandia, Filipinas, Myanmar, Brunei, Laos, Camboya, Japón, Australia, Corea del Sur y Nueva Zelanda.
Este acuerdo tiene un alcance de hasta 2,200 millones de personas y casi un tercio de la producción mundial. El propósito fundamental del acuerdo es incrementar el intercambio comercial en la región a través de la eliminación de aranceles, establecimiento de reglas comerciales comunes y facilitar la integración de grandes cadenas de suministro.
Así mismo, el acuerdo también incluye capítulos relacionados con el comercio de servicios, la inversión, comercio electrónico, telecomunicaciones y derechos de autor. La firma del acuerdo es una buena noticia para la integración comercial de la región y manda una señal positiva para la recuperación del comercio y crecimiento económico a nivel mundial pero también sobre la superación de prácticas proteccionistas de la región.
Sin duda, esta asociación económica revelará una nueva configuración del mapa económico mundial y confirmará que existe una tendencia mundial en la conformación de bloques económicos tal como se acaba de confirmar con la firma del T-MEC.
Para China, el acuerdo representa una gran oportunidad para afianzar su liderazgo económico en la región Asia-Pacífico dónde, por cierto, Estados Unidos está perdiendo presencia comercial y basta con recordar que Donald Trump decidió abandonar en 2017 el Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CTTP).
En estos momentos no se sabe con precisión cuál va a ser la postura del presidente electo Joe Biden respecto a China y sus prácticas comerciales, sin embargo, no se trata del bloqueo económico de Estados Unidos sino más bien del comercio desleal de China lo que invitaría a Biden a seguir con la misma política comercial respecto a China.
Ante este nuevo escenario mundial, seguramente nos preguntaremos ¿Cuáles son las implicaciones de la RCEP para México? Pues bien, a pesar de que la nueva región comercial podría representar una gran esperanza para el comercio mundial y de la propia región, no lo es del todo para nuestro país.
Resulta que en el recién firmado T-MEC existe una píldora venenosa. En el Capítulo 32 – Excepciones y Disposiciones Generales – el T-MEC prohíbe a México “negociar tratados de libre comercio con países como China, Vietnam o Cuba, que no son considerados por los E.U.A. economías de mercado. Dicho de otra manera, si México decidiera iniciar negociaciones para sumarse a la RCEP, tendría que solicitar permiso a Estados Unidos y Canadá y seguramente va a ser negado.
Por su parte, el sector automotriz no podrá incrementar sus importaciones provenientes de la región Asia-Pacífico ya que el T-MEC obliga a que el 75% del contenido de los automotores debe ser regional, producido en E.U.A., Canadá, o México limitando con esto la integración no regional.
Esto no quiere decir que el comercio entre México y la región Asia-Pacífico se va a terminar, sino que se tendrán que configurar nuevas relaciones comerciales internacionales de nuestro país. Pero ¿estará AMLO realmente interesado en todo lo que está pasando en el nuevo orden económico mundial? ¿Cuál es la política comercial de México ante la conformación de nuevos bloques económicos a nivel internacional?