Los creadores de la vacuna rusa Sputnik V conocían de antemano la capacidad de mutación del COVID-19 y la tuvieron en cuenta durante el desarrollo del fármaco, declaró Alexánder Guíntsburg, el director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Moscú, que desarrolló el antígeno.
«Durante la creación de la vacuna, por supuesto, se tuvo en cuenta que el virus mutaría. Según todos los criterios, las nuevas cepas hasta el momento no afectan a la eficacia de la vacuna«.
El científico precisó que el centro que encabeza aún no ha recibido una muestra de la nueva cepa del coronavirus que fue identificada por primera vez en Reino Unido y el 10 de enero se detectó por primera vez en territorio de Rusia. Al mismo tiempo, Guíntsburg cree que actualmente puede haber varias mutaciones del SARS-CoV-2 presentes en el país.
El lunes 11 de enero fue identificado en Tamaulipas un viajero internacional como el primer caso de la nueva cepa británica en México.
Con información de RT
Fotos de Reuters y Twitter @OrlandoRosello