Roberto Quintero
En los momentos que vivimos, los organismos de representación gremial son claves para generar los equilibrios en la sociedad y en el Estado mismo. En esta ocasión me gustaría referirme a los organismos empresariales, cuerpos intermedios que representan al sector privado ante las autoridades y en general ante la comunidad.
Es importante recalcar que los Presidentes de un organismo empresarial no reciben sueldo alguno y sacrifican su tiempo, recursos y talento en aras de fortalecer al sector empresarial, pero si con este trabajo se logra mantener una empresa abierta o generar un empleo nuevo, valió la pena todo el esfuerzo.
Cabe mencionar que es clave que el sector privado organizado luche por principios y valores de manera apartidista y objetiva y evite siempre la tentación de hacerlo por privilegios o intereses personales o de grupos.
Recientemente perdimos a una gran emprendedora, Catalina del Carmen Caballero, restaurantera de Tuxpan, Veracruz. Una verdadera misionera de los organismos empresariales, por más de 25 años dedicó incondicionalmente su tiempo y talento a representar al sector privado.
Fue hace 6 años que Catalina me propuso que realizáramos un decálogo para los líderes del sector empresarial, el cual me permito compartir en recuerdo a nuestra querida compañera Catalina:
Decálogo del Presidente de un organismo empresarial:
1. Tu labor como presidente es trascendental, ya que afecta a toda una industria. El organismo es lo que sus representados son, a mayor número de afiliados se logra una mejor representación.
2. La misión de un presidente es representar al sector empresarial con la intención de mejorar las condiciones y, por consecuencia, se genere más valor compartido (más empresas, mejores utilidades, más y mejores empleos, mayor derrama económica para todos y menor desigualdad en México).
3. Los eventos y servicios que da un organismo empresarial son un medio, no la finalidad, el propósito de un organismo empresarial es representar.
De nada sirve un organismo que hace eventos llamativos si no tiene socios o no los representa adecuadamente.
4. Tú como presidente eres un contrapeso con el gobierno, no debes ser de oposición extrema o grupo de presión, pero tampoco comparsa de los gobiernos. Los organismos empresariales ayudan a que los gobiernos actúen mejor ya que los vigilan y les exigen. La ley de Cámaras obliga a los gobiernos a escucharte. El sector empresarial organizado es órgano de consulta obligatorio en cuestiones relacionadas con la industria. El usar a una Cámara como trampolín político debilita enormemente al organismo.
5. Un organismo empresarial no se gestiona como si fuera tu empresa. En éste las decisiones son colegiadas y tú sólo estarás uno, dos o tres años. Las decisiones se ACUERDAN con tu comisión ejecutiva y con tu consejo directivo, además tienes estatutos que te limitan como presidente, no pretendas la misma eficiencia que en tu negocio, sin caer en conformismos o ineficiencias. Los organismos empresariales tienen una dinámica diferente a las de una empresa.
6. Un organismo no es con fines de lucro, pero tampoco con fines de perdida. Estos deben llevarse ordenadamente de manera que no tengas una operación deficitaria, los números negros en los financieros son la mejor manera de demostrar una buena presidencia, lo ideal es mantener en bancos lo equivalente a los gastos fijos de tres meses como reserva.
7. Los organismos empresariales locales, generalmente son parte de una institución nacional, aprovecha esta vertebración con todo el país. No te aísles.
8. No te confundas, tu paso por el organismo empresarial es temporal, desde el primer día ve buscando y formando sucesores, de lo contrario, cuando te des cuenta será demasiado tarde para encontrar buenos candidatos.
9. Es muy importante que no descuides, durante tu gestión, a tu familia (que es tu gran proyecto de vida), a tu empresa y a tu salud. De nada le sirve a una Cámara un presidente dedicado al cien por ciento, pero con problemas en casa, con un negocio en quiebra y con mala salud.
10. Delega responsabilidades y supervísalas, confía en tu consejo directivo, si tú quieres hacer todo, no te alcanzarán las 24 horas del día para hacerlo.