Leticia Montagner
En virtud de que el miércoles inicia lo que los creyentes católicos denominan la Cuaresma, vale la pena citar algunas reflexiones del Arzobispo de Puebla, don Víctor Sánchez Espinosa, en su homilía de la misa del domingo en Catedral, así como las similitudes de la antigua enfermedad de la lepra y la actual pandemia del Covid-19.
En la antigüedad, los leprosos eran separados de las ciudades, los obligaban a vivir apartados, violentando sus derechos, hoy conocidos como humanos. En el Evangelio dominical, Cristo lo acepta y lo sana, por lo cual los cristianos de hoy deben aceptar y cuidar a los enfermos de coronavirus con medidas de protección y sana distancia.
Existe como antes, un rechazo social a los hermanos enfermos e incluso esta desaprobación llega al personal de salud. Es una ignorancia y una barbarie, es una humillación contraria a la predicación del Salvador.
Comparó el pasado milenario de los leprosos, como una enfermedad de fuertes connotaciones sociales y religiosas donde era difícil vivir, con los tiempos de hoy, donde el pecado y la pandemia están vigentes y se excluye los enfermos, lo cual es un fuerte pecado social.
Defendió la presencia del leproso frente a Jesús, equiparó esos tiempos con los de ahora e incluso fue más allá, pues señaló que hoy cuando se habla de derechos humanos, son necesarios los derechos a la vida, a la salud, a la educación, al trabajo. El cristiano debe cumplir con estos derechos tan fundamentales para la vida y dar con ello un testimonio de fe.
Exhortó el prelado poblano a buscar el bien de los demás en estos tiempos de rezagos sociales ya que con el Miércoles de Ceniza inicia el camino penitencial y cuaresmal, son tiempos de más obras buenas, de reconocernos como pecadores, de pedir perdón a Dios.
Al final de la misa dominical, don Víctor Sánchez Espinosa, exhortó a los fieles a cumplir las recomendaciones gubernamentales y sanitarias, a utilizar cubrebocas y gel, aunque otros no lo usen.
El Arzobispo estuvo como siempre, en su papel de pastor de la grey católica. Sus palabras debieran ser un ejemplo para los políticos y aprender sobre la reconciliación en lugar de pelear, en otras palabras, cuidar la forma y el fondo.