El doctor Alfredo Torres, profesor distinguido Herman Barnett en Microbiología e Inmunología, por la University of Texas Medical Branch, y egresado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), aseguró que no hay nada que temer sobre las vacunas contra el COVID-19.
Señaló que los países que no tienen la ciencia para desarrollar sus propias vacunas y sus medicamentos, como México, siempre serán dependientes de los que sí tienen ciencia. El problema es no contar con la inversión suficiente para la investigación, pues el talento de sus investigadores existe, consideró.
El también profesor visitante del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas, del Instituto de Ciencias de la Máxima Casa de Estudios en Puebla, considerado como un excelente vacunólogo por sus pares a nivel mundial, entre cuyas contribuciones destaca el desarrollo de diferentes terapias y vacunas contra cepas de Burkholderia y E., dijo que una de las resistencias de la gente para aplicarse la vacuna contra COVID-19 es la idea de que éstas se desarrollaron y aprobaron en un tiempo muy breve, sin haber transcurrido el tiempo necesario.
En este sentido, explicó que las vacunas de RNA mensajero, Pfizer y Moderna, tienen una tecnología con 13 años de desarrollo, aproximadamente; mientras que las rusas, chinas y AstraZeneca, utilizan la plataforma de vacunación de adenovirus, una tecnología con 35 años.
«En el primer caso, lo único que se aceleró fueron los estudios clínicos en humanos. En ambos, no hay una tecnología nueva. No hay, entonces, nada que temer».
Alfredo Torres
En el caso de AstraZeneca, que se suspendió en algunos países de la Unión Europea, mencionó que quienes desarrollan vacunas, en caso de un aparente efecto secundario, tienen la obligación de suspenderlas para estudiar la probable correlación entre vacuna y efecto.
«En el caso de la noticia que usted indica, existieron reportes de personas que tuvieron una formación de coágulos o trombosis, por lo que se suspendió esta vacuna en cinco países, donde se demostró que no hubo ninguna asociación directa entre coágulos y vacunas. Como se sabe fueron 13 millones las personas vacunadas, y cinco casos reportados. Había más gente con trombosis sin haberse vacunado. El problema surge en los medios periodísticos: dan la nota primera y no dicen que ya se reactivó la vacunación y lo que realmente ocurrió».
Alfredo Torres
Al existir la versión de que existen varias vacunas contra el COVID-19 y que Pfizer es la «mejor», el especialista manifestó que todas las vacunas que han sido aprobadas de emergencia tienen diferentes porcentajes de eficacia. Si una su rango es de 65 por ciento, indica que hay 35 por ciento de posibilidad de no funcionar y de enfermar, esto es la diferencia entre una y otra.
«Todas estas vacunas son muy buenas, con alta eficacia para un virus nuevo, como lo es el SARS-CoV 2, altamente contagioso. Esto es muy bueno».
Egresado BUAP asegura que no hay que temer sobre vacunas contra covid
Alfredo Torres aseveró que la vacunación es lo que salva, es decir, entre más sean los vacunados, menos posibilidades habrá de que el virus brinque de una persona a otra. Pero resaltó que las vacunas necesitan de dos dosis, por lo que indicó que si una persona ya recibió una, debe esperar de dos a tres semanas para aplicarse la segunda dosis.
«Si nos ponemos una es una protección limitada y toma de dos a tres semanas para desarrollarse inmunidad en el organismo, es decir, para que cause efecto protector; luego, segunda dosis toma otras dos o tres semanas para desarrollarse, entonces entre una y otra sí hay posibilidad de enfermarnos».
Alfredo Torres
De igual modo expresó que es necesario mantener las medidas sanitarias que todo mundo conoce: máscaras, distancia social, lavado de manos frecuente.
Finalmente, opinó que ante el alto número de contagios y muertes por coronavoris en México, se debió a no haber impuesto medidas de sanidad a tiempo, no obligar a seguir estas medidas, no trabajar con los estados para que todos mandaran el mismo mensaje y administraran la pandemia en equipo.
«Ya se reabrió la economía y el virus aún no se va; no hay suficientes vacunas, entonces el riesgo es muy alto. Además, los diferentes frentes políticos y mensajes cruzados: un problema de salud pública no debe transformarse en un asunto político».
Alfredro Torres
Fotos: Boletín BUAP