Por Leticia Montagner
Un ícono del periodismo gráfico nacido en Puebla, de 63 años, falleció el pasado viernes. Se trata de Marco Antonio Cruz, uno de los más importantes fotógrafos documentales de México. Trabajó en La Jornada, fundó la agencia Imagen Latina y se desempeñaba como Jefe de Fotografía de la revista Proceso.
Captó imágenes religiosas con compromiso social, documentó huelgas obreras y luchas campesinas, exhibió al poder y a quienes lo detentan, puso el foco en las condiciones en las que viven los desplazados del sistema.
Marco Antonio Cruz murió el Viernes Santo, el mismo día que fotografió los pies de Judas ahorcado de un árbol en el Viacrucis de Iztapalapa en 1986, una fotografía icónica del fotoperiodismo.
Murió en su bicicleta en la Ciudad de México, por un ataque al corazón. Trabajó la acuarela, la escultura en madera, el dibujo, la pintura, la gráfica y la caricatura.
Desde sus primeras fotografías el autor rompía el hilo conductor de la imagen del poder. En Así es, revista del Partido Socialista Unificado de México, documentó huelgas obreras, luchas campesinas y los incipientes reclamos por buscar a los desaparecidos de la Guerra Sucia.
En el diario Oposición publicó sus caricaturas y críticas visuales hacia el statu quo. Sus retratos de Fidel Velázquez, publicados en La Jornada, lo criticaban abiertamente. Documentó la masacre del Ejército en Chiapas en 1994 y el terremoto de 1985 en la Ciudad de México.
Nacido en Puebla el 3 de noviembre de 1957, Marco Antonio Cruz expresó en una entrevista: No existe el periodismo neutral; estás de un lado o de otro; en mi caso doy voz a los que no la tienen.
Expresó esa ocasión su deseo de que su archivo fotográfico quedara en manos de la Fototeca Nacional o la Universidad Nacional Autónoma de México.
Descanse en paz el famoso foto reportero poblano, poco reconocido en su tierra.

Periodista. Catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP. Pionera en Puebla de noticiarios y programas de radio con perspectiva de género desde 1997.