En esta columna que trata sobre emprendimiento, tendremos regularmente a un invitado, quien nos compartirá su testimonio y consejos, en esta ocasión recibimos con gran gusto la pluma de Carlos Téllez, emprendedor y asesor colombiano.
«Tiempo de Mentores»
Estamos próximos a cumplir dos años desde que recibimos las primeras noticias sobre la detección de una nueva enfermedad en la ciudad China de Wuhan, preludio de esta experiencia estremecedora para la humanidad que recordaremos con el nombre de pandemia.
A nivel colectivo, cada generación de seres humanos tiene exposición a situaciones que retan su vida, las cuales se convierten en fuentes de aprendizaje que aceleran su propia evolución y enriquecen el legado que construyen para la siguiente. En lo individual, tales experiencias desatan un proceso forzado y acelerado de aprendizaje, como al que nos hemos visto avocados en los meses recientes, que nos ha permitido recopilar, en menos tiempo del acostumbrado, experiencias únicas y relevantes para el futuro, así como un nivel de consciencia y autoconocimiento que de otra manera quizás no hubiésemos alcanzado.
Alguna vez escuché una frase que convertí en uno de mis mantras: el conocimiento, a diferencia del pan, cuando se comparte queda doble. Esta convicción me llevó, por ejemplo, a involucrarme con la academia para entregar del mío y, muy especialmente, para recibir de la sabiduría disponible en otros, tanto profesores como estudiantes, que habitan ese espacio con el mismo deseo de intercambiar ideas, enriquecerlas y contrastarlas, en un círculo virtuoso para el crecimiento profesional y la transformación personal.
Esta dinámica sucede cotidianamente entre los seres humanos en diversos escenarios, de los cuales la academia es apenas uno de ellos. Cada uno de nosotros hoy tiene mucho más por compartir desde sus vivencias y, más importante aún, ha fortalecido significativamente su capacidad de aprendizaje, sea o no consciente de ello. Un estado más elevado de conocimiento, conjugado con espíritu aprendiz, es una buena oportunidad tanto para convertirnos en mentores de otros como para buscar los nuestros.Un mentor es una persona que nos puede enseñar y guiar desde su experiencia en ámbitos profesionales o personales de nuestro interés, de tal forma que nos habilita, por ejemplo, para ver futuros posibles al tiempo que nos orienta para elegir y dar pasos hacia alguno de ellos.
Según expertos como Vineet Chopra y Sanjay Saint, médicos profesores de la Universidad de Michigan, los buenos mentores acompañan sin generar dependencia, promueven la acción desde el respeto, aconsejan también desde el ejemplo y carecen de agendas ocultas. Desde la autoridad que les otorgamos, derivada del respeto y la confianza que nos generan, los convertimos en las voces que escuchamos con más atención, aparte de la propia, y siempre tenemos mentores accidentales, les invito a elegirlos también de forma intencional.
carlos @carlostellez.co