“Convivencia es, ante todo, compartir, participar en la vida ajena y hacer participar al otro en la propia” Enrique Rojas
Un estilo de vida muy particular lo es el vivir en un inmueble sujeto al régimen de propiedad en condominio. Quienes escogen o pretenden elegir sujetar sus conductas bajo este sistema de convivencia deben considerar que se requiere un aprecio a la vida social, a compartir con otros y respetar a quienes nos rodean. Prácticamente es como continuar habitando en familia.
La vida vertiginosa de la modernidad motiva a que se adquiera una propiedad sujeta al régimen condominal, atento a los beneficios en seguridad y cercanía, así como a otros servicios que se ofrezcan. Por supuesto, tu propiedad siempre estará cuidada, lo que representa una gran ventaja porque la preocupación al salir al trabajo o de vacaciones es menor sabiendo que hay un sistema de seguridad y respaldo permanente. Además, al adquirir un condominio, se obtiene otros servicios que serían mucho más caros tenerlos o mantenerlos como áreas de jardines, deportivas, terrazas, estacionamiento, salón de eventos o usos múltiples, algunos tienen incluso cines, restaurantes y piscinas.
Un condominio implica que a pesar de tener un área de propiedad exclusiva para ti y los tuyos, mantienes una copropiedad en áreas comunes. No obstante, la titularidad de tu propiedad, dada la cercanía con los vecinos, debes limitar tus acciones y conductas para no molestar a los que te rodean, incluso, se fomenta el que mantengas una buena relación con ellos.
Lo primero que brota en un condominio es el respeto mutuo. Ciertamente, tu libertad tiene como límite la libertad de los demás. De ahí que debas procurar conocer a tus vecinos, limitar tus acciones dentro de tu área privativa para que no se generen ruidos que molesten a los demás, o conductas que puedan ser incómodas para los colindantes. Cualquier problema o molestia debe ser resuelto de la forma más pacífica posible, de ahí que la mediación sea una herramienta común practicada junto con el dialogo. La participación activa en el condominio al asistir a las asambleas o reunión de condóminos es fundamental para externar y solucionar cualquier inicio de conflicto.
Es bien importante que tanto el área privativa como las áreas comunes estén bien mantenidas, de ahí la importancia de cubrir mensualmente los costos del mantenimiento o gastos comunes para conservar la limpieza del condominio, la seguridad, porteros, jardinería, agua, energía eléctrica, recolección de basura, fumigación, elevadores, todo aquellos que esté relacionado con las áreas comunes. El pago de estas cuotas se eroga a pesar de que no vivas en el condominio, o que no uses las áreas comunes. Recuerda que tu propiedad está estrechamente vinculada a todo el condominio.
También considera que aunque seas propietario careces del derecho de realizar construcciones o modificaciones que afecten al condominio o a los condóminos.
La convivencia condominal es un verdadero ejercicio democrático, pues tu voz y tus intereses valen, deben ser externados en la reunión que se celebre con los demás condóminos y llegar a conclusiones a través de la votación. Y, por supuesto, tienes el derecho de exigir una adecuada administración, pues el administrador debe informar sobre la gestión administrativa y demostrar los gastos que se realizaron para el mantenimiento ordinario, el preventivo, así como convencer sobre los proyectos de mejoras. De ahí que el condómino debe respetar y hacer respetar el reglamento interior, así como el manual de convivencia.
Vivir en condominio es fácil siempre que sujetes tu vida al respeto. La finalidad es la convivencia humana, tu seguridad y paz.