Por: Dr. Juan Carlos Botello
En el último boletín de diciembre 2021, argumenté que una serie de hechos que habían acontecido en nuestro país en los últimos años trajeron como consecuencia una mayor desconfianza para los inversionistas extranjeros incluyendo a los de cartera. Hice hincapié en la caída de las inversiones en México, misma que continuará para este 2022. Pues bien, durante esta semana de enero, la firma bancaria Citigroup con sede en Nueva York anunció a través de un comunicado en su página de internet que en nuestro país abandonará sus operaciones de banca de consumo, pequeñas empresas y mercado medio en México (Banamex). Aunque esto parece una decisión de Citi basada en el entorno de incertidumbre que vive nuestro país, lo cierto es que más bien corresponde a una estrategia global del grupo.
El 23 de diciembre pasado también la subsidiaria de Citi en Filipinas decidió vender su banca de consumo y, así mismo el 13 de enero de 2022, anunció la venta de la banca de consumo en Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam. La estrategia global del grupo consiste en
1) Avanzar en los objetivos estratégicos para invertir en negocios alineados con los puntos fuertes, simplificar las operaciones e impulsar el valor a largo plazo para los accionistas,
2) Citi mantendrá una importante presencia e inversión en México a través de su Grupo de Clientes Institucionales y
3) Centra aún más el negocio de la banca de consumo de Citi en el patrimonio global, así como en los pagos y los préstamos, y en una presencia minorista específica en los Estados Unidos. Ante este anuncio, diversas opiniones se vertieron en el mercado.
Por su parte, la Secretaría de gobernación, la SHCP y la CEPAL, desestimaron que la venta de Banamex sea producto de la coyuntura nacional e internacional. Mientras que diversos analistas financieros no descartan que ese movimiento haya sido producto de las malas condiciones económicas de nuestro país. Y es que, hablando de incertidumbre, este año arranca precisamente con una serie de temas que no dan tregua al mal desempeño. En primer lugar, no podemos dejar de lado que la pandemia de COVID-19 ahora con la variante Ómicron continua y va por su tercer año. Y lo cierto es que, además de las muertes de mexicanos que se han lamentado, la economía del país sigue en caída libre no nada más por la falta de un plan económico del gobierno, sino también por la falta de ayuda a las empresas. En ese sentido, en segundo lugar, podemos ubicar a la incertidumbre que sufren todos los mexicanos por la escasez de medicinas y el pésimo estado en el que se encuentra el sistema de salud. En tercer lugar, la creciente inseguridad que se vive en el territorio nacional y la probable coalición del gobierno con el crimen organizado principalmente con carteles de las drogas que han financiado procesos electorales. Cuarto, y vinculado con el punto anterior, el 5 de junio habrá elecciones ordinarias en 6 estados (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas).
En quinto lugar, se encuentra la iniciativa de reforma constitucional del sector eléctrico que tendrá su discusión parlamentaria en abril. Esto representa un foco rojo para la inversión privada sobre todo por la falta de claridad en las reglas. Sexto, la dichosa “revocación de mandato” que es el proyecto de AMLO para continuar en campaña presidencial y en la mente de algunas personas que siguen creyendo en sus mentiras. En fin, estos son tan solo unos ejemplos de los grandes temas nacionales que abonan a la creciente incertidumbre en la que estamos los mexicanos. Eso, sin contar, los grandes fracasos de las obras faraónicas de este gobierno (aeropuerto, refinería y tren).