“Aquél que tenga salud tiene esperanza; y aquel con esperanza lo tiene todo”.
Proverbio árabe
En la actualidad, la vida del ciudadano promedio se ha vuelto vertiginosa, a un punto que genera estrés en la gran mayoría de los miembros del colectivo social, incrementado por el miedo generado por el SARS COV2. En ese sentido, la preocupación de la comunidad y de las autoridades gubernamentales en promover una buena salud además de mantener todas las vacunas.
La Organización Mundial de la Salud la define como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social y en armonía con el medio ambiente, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Por ello, se puede concluir que para mantener una buena salud se requiere de cumplir con una armonía en varios factores, como lo es una dieta equilibrada, ejercicio físico, higiene, salud mental, actividades sociales, de ocio y recreativas, además de preservar un medio ambiente que reduzca las afecciones a las personas, entre otras muchas.
En el Notariado, la buena salud es indispensable, por lo que requiere de los Notarios que se mantengan saludables para el adecuado ejercicio de la función.
El Notario no sólo es un abogado, profesional del Derecho con una capacidad, imparcialidad y probidad indiscutible, sino que los principios y valores que los rigen, lo obligan a ser un miembro ejemplar en la sociedad, incluido el gozar de cabal salud.
De ahí que el Estado exige que el Notario goce de una adecuada salud, física y mental, que no impidan el uso de sus capacidades intelectuales para el ejercicio de la función notarial; pues recordemos que el servicio notarial se imparte en interés y beneficio de todas las personas, pues garantiza el orden jurídico justo y equitativo al otorgar certeza y seguridad jurídica, generando mayor estabilidad social, reduciendo el costo que se genera al resolver conflictos en los tribunales.
La buena salud del Notario es un requisito para poder ser designado y debe mantenerse durante todo el tiempo del ejercicio de la función, pues en caso de padecer algún impedimento que lo imposibilite prestar el servicio notarial, debe pedir licencia o bien, la propia autoridad notarial, a través del Consejero Jurídico, puede suspender al Notario e incluso, puede llegarse al extremo de que el Gobernador tenga que revocar la patente, si la enfermedad o el padecimiento se mantendrá por un lapso que excederá de dos años consecutivos. Claro está, se requiere de un dictamen previo de médicos especialistas debidamente acreditados por el sector salud o de que exista sentencia ejecutoriada pronunciada en un procedimiento de interdicción. El resultado de una mala salud puede representar que al Notario se le revoque la patente y se declare vacante la Notaría, de ahí su importancia y trascendencia.
En tal virtud, la recomendación no se ajusta sólo al fedatario público sino a todas las personas, se les invita para mantener una salud adecuada: dieta equilibrada, omitir el tabaquismo, reducir a su mínima expresión el consumo de bebidas alcoholizadas, conservar una buena higiene, hacer ejercicio, lo recomendable es actividad física al menos 30 minutos que implique estimular el corazón y pulmones, por lo menos cinco días a la semana, mantener una vida social activa, conviviendo con la familia, amigos, procure reír y mucho, así como conservar un medio ambiente adecuado, reduciendo contaminantes, sembrando árboles o conservando los que existen a su alrededor y procurar dormir bien. “Tu salud es una inversión, no un gasto”