Los oradores políticos son muy dados a emplear latinismos, o bien palabras que, aunque ya se han castellanizado, derivan directamente del latín, por lo que no hay razón para alterarlas.
He aquí tres casos:
Etcétera. No falta el líder que, creyendo en la máxima de Napoleón Bonaparte de que “La repetición es la más vigorosa de todas las figuras retóricas”, cierran un discurso con la palabra “etcétera” pero repitiéndola varias veces: “Etcétera, etcétera, etcétera”.
Es pertinente señalarles que están incurriendo en una redundancia. La razón es que la palabra “etcétera” se deriva de las raíces latinas “et”, que significa “y”, y “caeterum”, que quiere decir “otros” o “el resto”.
De manera que cuando se emplea “etcétera”, se está diciendo ya “y otros”, y esos otros son todos los demás sin excepción. O ¿acaso decimos “Y otros y otros y otros”?
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Grosso modo. Con esta expresión se quiere indicar “de manera general”, “en términos generales”. Se emplea por ejemplo en la siguiente expresión: “Explícame grosso modo cuál es tu proyecto electoral”.
El problema con esta expresión es que suelen anteponerle la preposición “a” convirtiéndola en “a grosso modo”, y no lleva dicha “a”. Además, la escritura correcta es conservando la doble “s”.
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Statu quo. Esta frase se escribe así y se pronucia “estatu quó”. El error estriba en que suelen agregarle a la palabra “statu” una “s” y tildan “qúo”, de modo que acaban diciendo: “estatus qúo”.
Citar latinismos (e incluso expresiones de otras lenguas, particularmente el griego) es sin duda impresionante. Cualquier auditorio queda impresionado cuando escucha tal tipo de expresiones. No en balde en otros tiempos la Iglesia católica practicaba sus ceremonias citando muchísimas frases en latín. Hasta la fecha, en ciertos ritos se sigue practicando el uso del latín. Recordemos, para no ir muy lejos, la temporada navideña y sus letanías, con aquello del “Kyrie eleison”, que es de origen griego y significa “Señor, ten piedad”, o la frase latina “mater inmaculata”, que equivale a “madre inmaculada”.
Es bueno, como se ve, echar mano de latinismos y de expresiones en otras lenguas, pero será importante emplearlas bien cuando se pronuncian o se escriben, pues a veces no se sabe ni leerlas.
Gracias, y hasta el próximo jueves.
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* Lic. en Letras españolas. Escritor, autor de cerca de 40 libros. Conferencista.