Ante la presión del gobierno de Estados Unidos, el presidente de México emprendió un par de planes que intentan lavar la cara sobre las omisiones del gobierno en materia de energía limpia y lucha contra el cambio climático. Me refiero al plan Sonora, pero también a los proyectos eólicos que pretenden echar a andar en el Istmo de Tehuantepec.
El plan Sonora está reducido al asunto solar. El de Tehuantepec es eólico. Sonora aportaría unos 5 mil megawatts (MW) de generación solar. De Tehuantepec poco se sabe, pero lo que permite el sistema eléctrico en este momento, sin inversiones en transmisión, serían unas pocas decenas de MW. Supongamos que en total se instalarán, si se le da continuidad a todo, unos 5,100 MW.
El país necesita, para cumplir sus objetivos de lucha contra el cambio climático, unos 14,000 MW de aquí a 2024. Estos proyectos no estarán listos en su totalidad antes de 2024, o sea que no aportan ni la tercera parte de lo que el país necesita.
Pero la pregunta que vale la pena es ¿Por qué solo Sonora y Oaxaca?
Si, Sonora tiene una irradiación importante, pero el país en general tiene una irradiación alta. Un parque solar en el centro de la república o en Puebla podría ser igual de productivo o incluso más, por no tener alta temperatura. Recordemos que los paneles solares bajan su eficiencia cuando se calientan.
Por el otro lado Oaxaca también tiene recurso eólico. A diferencia del solar que está generalizado, el eólico si es más focalizado. Pero igual podemos encontrar viento adecuado en Tamaulipas, en Baja California, en Puebla, en la Península de Yucatán, que además requiere de mucha energía para seguir creciendo. En fin, el país podría explotar el recurso eólico en varias zonas.
Pero las renovables no son sólo eólico y solar.
También se puede aprovechar la geotérmica, se podrían hacer estaciones de rebombeo para aprovechar mejor las hidroeléctricas, en todo el litoral mexicano se podría aprovechar la mareomotriz, en la propia Sonora se podrían desarrollar parques termosolares, que aprovechen mejor el calor y no sólo la radiación del fotovoltaico. Y un amplio etcétera en todo el país.
El asunto es que la transición energética no tiene por qué centrarse en dos entidades federativas, cuando todo el país tiene cómo.
¿Por qué no hacer un plan puebla que incluya el aprovechamiento de solar, eólica, la geotérmica que ya incluso desarrolla en proyectos pequeños, la propia Secretaría de Energía?
El potencial en el estado existe, de diferentes formas. Pero algo importante es que el marco legal actual no requiere que sea el gobierno quien ponga el dinero. Lo único que se requiere es respetar la ley, en algunos casos algunos refuerzos de red de transmisión que incluso muchos privados estarían dispuestos a aportar, y esto generaría inversión amplia, acompañada de beneficios sociales, empleo, y costos de energía más bajos.
¿Por qué debemos estar sometidos al capricho presidencial y no desarrollar cada entidad su potencial de forma un poco más libre?
Tal vez se requiera una reforma que de mayores facultades a los estados. Porque aquí entre nos, incluso las entidades gobernadas por el partido del presidente están ansiosos de tener inversión privada en energía. El problema, la razón de que no haya un plan Puebla o Tlaxcala, es que no quieren en Palacio Nacional.
Vaya desperdicio.
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