Ciudad de México. Si en 45 días el gobierno de México fracasa en demostrar la eficacia de las medidas adoptadas para reducir los flujos de migración irregular, vamos a tener que negociar o entrar a discusión con Estados Unidos la propuesta de convertirse en tercer país seguro, manifestó el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard.
En la cancillería, al ser interrogado acerca de las consecuencias que habría en caso de no lograr resultados suficientes para reducir la migración irregular, el canciller declaró: “Ellos quieren que discutamos –si las medidas no funcionan– la propuesta de tercer país seguro… Nosotros pensamos que se tiene que crear un sistema de gestión migratoria, que es un concepto muy distinto, sobre asilo y refugio, y estaría por definirse cuál sería la distribución de responsabilidades en caso de que no funcionen las medidas que estamos implementando.
Las medidas adicionales que se anunciaron el viernes, incluirían, desde luego, discutir lo que ellos plantean, sostuvo.
Al insistir en que si en determinado momento se utilizaría la opción de tercer país seguro, Ebrard respondió: Se estaría aplicando si fracasamos y si aceptamos lo que nos digan.
Ebrard dio lectura al informe que envió al Senado de la República en el que ofrece detalles sobre la visita que realizó la semana pasada a Washington con el propósito de frenar la imposición de aranceles a productos mexicanos.
La conferencia se dio ayer por la tarde, horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que la mayor parte del acuerdo migratorio convenido con México no se había revelado. Con documento en mano, el magnate expresó que dejaría que la administración mexicana fuera la que hiciera el anuncio.
Al respecto, durante la conferencia de prensa Ebrard aseguró que no existe nada más allá de lo asentado en el reporte enviado al Senado. “No hay nada más que no esté aquí… no tenemos nada que ocultar”. Reconoció, sin embargo, que durante los tres días de negociaciones la Casa Blanca insistió en que México aceptara convertirse en tercer país seguro, acuerdo que necesitaría la aprobación del Senado.
Este concepto es empleado en los procedimientos de asilo para transferir la responsabilidad del examen de una solicitud de un país de acogida a otra nación considerada seguro, es decir, capaz de proporcionar protección a los peticionarios de asilo y los refugiados.
En lugar de aceptar un acuerdo de tercer país seguro como el propuesto por Estados Unidos o el inicio de una guerra comercial, logramos un periodo de 45 días para demostrar la eficacia de las medidas que se adoptarían y preparando lo mejor posible la negociación que podría darse en otros 45 días si las medidas adoptadas no tienen los resultados esperados, dijo Ebrard.
Desestimó las críticas de la oposición acerca del acuerdo que se alcanzó y aseguró que México no perdió soberanía y está preparado para hacer frente a los embates que se puedan presentar como parte del proceso electoral que se vive en Estados Unidos, donde Trump ha elegido a México como catapulta para conseguir la reelección.