Los síntomas son fiebre, dolores musculares, de garganta y cabeza, después siguen náuseas, vómitos y diarrea
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Nueva York. La epidemia de Ébola que afecta desde hace más de un año la República Democrática del Congo (RDC) ha dejado huérfanos o alejados de sus padres por los menos tres mil 800 niños, denunció el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Además, dos mil 469 niños han sido separados de sus padres o cuidadores adultos para ser sometido a pruebas de detección y/o tratamiento, o al ser aislados porque haber estado en contacto con algún paciente infectado con el virus, que de no tratarse a tiempo llega a ser letal. «Esta enfermedad ha sido especialmente desgarradora para los niños», destacó Pierre Ferry, de la UNICEF en la RDC.
Ferry aseguró que muchos de los niños congoleños vieron a sus padres morir frente a ellos a causa de la enfermedad o son separados de sus seres queridos cuando son llevados a los centros de tratamiento de ébola, sin saber cuándo o si regresarán con vida.
Los síntomas suelen comenzar entre los dos días y las tres semanas después de que el paciente contrajo el virus, con la presencia de fiebre, dolores musculares, de garganta y cabeza, después siguen náuseas, vómitos, y diarrea, junto con fallo hepático y renal, y final sufre complicaciones hemorrágicas.