México. En un mosaico en el que se combinaron alegría, sorpresa, entusiasmo y cansancio, inició el desfile conmemorativo por el 109 Aniversario de la Revolución Mexicana, en el que más de un millar de jinetes cabalgaron ocho kilómetros de la Plancha del Zócalo al Campo Marte.
Tras la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, a las 11:17 horas, al balcón principal del Palacio Nacional para presenciar la escenificación de las tres transformaciones históricas del país y, posteriormente, las acrobacias de la caballería del Ejército mexicano, finalmente marchó la vanguardia del desfile, una hora y media después.
Los asistentes aplaudieron y admiraron con júbilo tanto a los jinetes como a los que iban en las plataformas, donde también se escenificaron las etapas históricas de México, destacando en particular el Movimiento de la Revolución mexicana.
Minutos antes de iniciar el desfile, cuando se escuchaba la canción de El Barzón de fondo, un grupo de campesinos provenientes de San Lázaro llegó al primer cuadro de la ciudad, en su intento de acercarse lo más posible a Palacio Nacional. Fue un momento de tensión entre el grupo de inconformes y algunos asistentes quienes les comenzaron a gritar insultos.
No obstante, el espectáculo continuó sin que la mayoría de los asistentes se percatara del incidente, ya que al momento de que los inconformes se retiraban, muchas personas aprovecharon para acercarse a los actores que se formaron sobre la calle Venustiano Carranza para sumarse al desfile.
Ahí, decenas de adultos, niños y niñas entusiasmadas se fotografiaron con los guerreros Zacapoaxtlas, Miguel Hidalgo y Costilla, Josefa Ortiz de Domínguez, Francisco I. Madero, y muchos otros actores caracterizados que aguardaban con paciencia que pasara todo el contingente para sumarse al recorrido.
No faltaron los pequeños que desde antes que comenzara el evento le pedían ansiosamente a sus padres y abuelos que los cargaran en hombros, una y otra vez, para ver todo desde las alturas; pero estos, en menos de 15 minutos, terminaron cansados.
“Todavía falta mucho. No hay nada”, repetía un joven padre a su pequeña hija que, a manera de disco rayado insistía: “cárgame papá, quiero ver”. Cediendo a los pucheros de su pequeña, se dispuso a cargarla. Pudo aguantarla de las 10:45 a las 11:10, y la bajó.
Tampoco faltaron las personas de la tercera edad que a toda costa querían ver todo el espectáculo; sin embargo, por su baja estatura o porque muchos están ya encorvados, no pudieron apreciar del todo la escenificación, pero desde su lugar le gritaban al mandatario: “¡no estás solo!”, “¡es un honoro estar con Obrador!”.
Notimex Foto www.gob.mx/presidencia