México. A una década de la sentencia por feminicidios del caso campo Algodonero, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández instó al cumplimiento de las obligaciones derivadas de las sentencias para que no se conviertan en letra muerta.
“Transformemos la realidad de las víctimas y de todas las personas que sufren violencia y discriminación en razón de género”, llamó durante la conmemoración de los 10 años de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del Caso González y Otras (Campo Algodonero) contra México.
Piña Hernández aseguró que hay una obligación de transformar la realidad, no sólo de las víctimas del caso sino de todas las personas que día a día son violentadas o discriminadas en razón de su género “las sentencias sin una efectiva ejecución y cumplimiento, son letra muerta”.
La también presidenta del Comité Interinstitucional de Igualdad de Género del Poder Judicial de la Federación señaló que a partir de dicha sentencia se ha logrado la implementación de diversos instrumentos normativos y acciones tendentes a combatir la violencia y discriminación en razón de género.
Empero, reconoció que las cifras aumentan año con año de manera alarmante, por lo que “resulta indispensable la creación de un mecanismo de seguimiento y evaluación del cumplimiento de las sentencias, capaz de medir el efecto transformador de las medidas que se implementen, con indicadores de género y una metodología adecuada”.
En el evento, que se celebró en el auditorio José María Iglesias de la SCJN, subrayó que el gran desafío es cultural y educativo, dijo que los estereotipos de género influyen y afectan los conceptos de la teoría penal.
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