La comunidad de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y el rector Alfonso Esparza Ortiz, celebraron una edición más de La Noche de las Estrellas, en la que se desarrollaron varias actividades al interior de Ciudad Universitaria.
La Máxima Casa de Estudios siempre ha tenido una destacada participación en la fiesta de la divulgación científica más grande del mundo, como lo es La Noche de las Estrellas, que este año, bajo el lema «Capturando al Universo», se suma a los festejos del 150 aniversario de la publicación de la tabla periódica de los elementos químicos, resaltó Esparza Ortiz.
También, el rector recordó que en este año también se conmemoran 50 años de que el hombre llegó a la Luna, así como otros eventos de carácter científico.
«La Noche de las Estrellas en esta edición celebra el talento de los científicos pioneros que con sus descubrimientos han contribuido a la compresión del mundo y la naturaleza», dijo
Para este evento, investigadores de la BUAP y de otras instituciones ofrecieron al público 37 conferencias sobre Astronomía, Física, Biología y Química, entre otras disciplinas.
Durante La Noche de las Estrellas, la BUAP recibió a alrededor de 22 mil personas de diferentes edades, niñas, niños, jóvenes y adultos, quienes disfrutaron de más de 100 talleres interactivos, donde aprendieron cómo se forman los planetas, el efecto termoeléctrico que relaciona a dos tipos de energías, las leyes de la física, la mecánica de los fluidos, entre otros experimentos lúdicos que despertaron su interés por la ciencia.
En el IFUAP se instaló una tabla periódica de gran dimensión que sirvió para recordar las propiedades de los elementos.
Con la ayuda de telescopios, los asistentes observaron el Sol, y en la noche, vieron en el cielo a Albireo, una estrella doble, cabeza de la constelación del cisne también conocida como “Estrella Pico”.
Otros de los cuerpos celestes que se observaron fueron galaxias como Andrómeda M31, cúmulos como el M45 Pléyades en la constelación de Tauro (grupo de 500 estrellas muy jóvenes), el cúmulo doble de Perseo, el de la Libélula, el abierto M37 en la constelación de Auriga, entre otros.
Foto Hilda Ríos