Leobardo Rodríguez
Vigencia de la Constitución Mexicana de 1917
El sueño de una patria nueva a 103 años de la promulgación
Hoy se cumplen 103 años de la promulgación de nuestra carta magna, la ley suprema que rige la vida institucional del país. La Constitución de 1917 es la más longeva en cuanto a vigencia se refiere, aunque para 2017 cuando se celebraron 100 años de su puesta en marcha, ya había sido objeto de 693 reformas.
La Constitución es también el pacto federal que representa el proyecto de vida de nuestra identidad colectiva; es un instrumento irrenunciable para la convivencia y para la integración; es el modo de ordenación de la vida social que, adoptando una forma superior al resto de las leyes, respeta la condición soberana y libre de los individuos y establece vías eficaces de control del poder.
Como lo apunta Javier Garciadiego en historia mínima de México del COLMEX, “la constitución de 1917 es el resultado del acuerdo entre fracciones revolucionarias, para conformarla, la nueva ley suprema debía ser elaborada por diputados elegidos a todo lo largo del país. Su número sería determinado por la cantidad de habitantes de cada estado, y no podían ser elegidos quienes hubieran sido enemigos del constitucionalismo, lo que excluía huertistas y a convencionalistas: el modelo de país sería definido por los revolucionarios vencedores, quienes no estaban dispuestos a arriesgar en la tribuna lo que habían ganado en los campos de batalla”. Así fue como se dividió al país en 244 distritos electorales, pero debido a la presencia de candidatos únicos en diversas localidades, solamente se realizaron elecciones en 216 distritos. Chihuahua y Guerrero fueron los estados con menos diputados electos con relación a su número de distritos electorales, uno y tres respectivamente.
La carta magna rescató el espíritu de diversos planes y programas de la Revolución Mexicana: el Programa del Partido Liberal Mexicano, el Programa del Centro de Antirreleccionista, Plan de San Luis, Plan Político Social, Plan de Texcoco, Plan de Ayala, Plan de Santa Rosa. En estos planes se encontraban esbozados los principios sociales que después fueron plasmados en el proyecto constitucional, en el artículo 3° que fue presentado por Francisco J. Mújica y que estableció la enseñanza libre y laica; el artículo 27 defendido por Heriberto Jara argumentando la imperiosa necesidad de la propiedad privada y el artículo 123 que respondió al plan legislativo trazado por el poblano Pastor Rouaix y que estableció las bases para contar con un derecho laboral que cuidara las garantías mínimas de los trabajadores.
La constitución de 1917, puede ser vista como un punto de quiebre en la historia del siglo XX mexicano, significó la consumación ideológica de la revolución y fundamento normativo del nuevo Estado. El nuevo documento, al ser el punto de conciliación de las facciones armadas, se convirtió en el cimiento de nuevos gobiernos, basados en la configuración de andamiajes institucionales que permitieran transitar al país al siglo XX, del cual ya se presentaba cierto atraso.
En un histórico discurso pronunciado por Jorge Carpizo el 5 de febrero de 1993, con motivo del 76 aniversario de la promulgación de la constitución, afirmó: “…para reconocer públicamente que es la raíz, el tronco, la savia, los huesos, el corazón, el alma, de nuestra nación; que ella impulsa nuestras acciones, que ella alumbra nuestro proyecto nacional, que es la idea moral que cincela todo el orden jurídico mexicano en su afán de actualizar la libertad, la democracia y la justicia social y dar a todos y cada uno de los mexicanos el nivel de vida que merece.
La Constitución de 1917 es de México y es México. Ha sido el pasado y es el presente. La Constitución marca nuestra ruta y nuestro destino. La Constitución de 1917 es el futuro en nuestras propias manos”.
La vigencia de la constitución mexicana a 103 años de su promulgación se encuentra en los artículos que dieron su sentido social. El sistema educativo aún tiene retos importantes que enfrentar para garantizar la universalidad en el acceso a la educación obligatoria, con las referencias de libertad y laicicidad y considerando el atributo de calidad que se incorporó en reformas recientes. La tenencia de la tierra, a pesar de haber concluido con a la entrega ejidal, como demanda plasmada en el plan de Ayala, pasa por un momento en el que se tiene que garantizar la propiedad privada, la cual otorga certidumbre a los ciudadanos. El artículo 123, en espíritu primigenio, busco evitar los abusos contra la clase trabajadora; hoy que vivimos un nuevo embate del capitalismo salvaje propiciado por el modelo neoliberal, se vuelve prioritario defender las conquistas laborales que permitan a las trabajadoras y trabajadores de México, ganar el sustento de una forma licita sin ser objetos de abusos e injusticias.
La posibilidad de convocar a un nuevo congreso constituyente con le objeto de redactar una nueva constitución parece una idea lejana, los grupos o facciones que hoy existen en el país son distintos a los de 1917, los de antes pelearon por convicciones e ideales, tenían un alto nivel de confrontación; los de ahora, también están altamente polarizados, pero con la presencia de un grupo conservador que buscaría reinstituir privilegios perdidos, sólo si pudiera garantizarse una mayoría liberal, podríamos transitar en la construcción de una nueva ley de leyes.