Carolina Gómez Macfarland
PORQUÉ NO ERES COMO ÉL…PORQUE TUS HIJOS SON ÚNICOS
Durante mucho tiempo se reconocía a una persona inteligente por sus logros, sus altas calificaciones en la escuela o por la cantidad de dinero que podía acumular.
Por lo tanto, quien no lograba estas metas, además de no ser tomado en cuenta, podía generar una tremenda sensación de minusvalía que solo terminaba en una baja autoestima, y paradójicamente, más fracasos.
Sin embargo, al paso del tiempo, se ha descubierto que cada persona es diferente y que las calificaciones no son lo único que le define.
Actualmente, podemos observar que muchas madres de familia, han aumentado su preocupación por el desarrollo de sus hijos, y sin tomarse el tiempo de conocerlos un poco más, les obligan a ejercitar habilidades que otros niños presentan, generando todavía más conflictos en casa.
¿Han observado, por ejemplo, a niños que gustan mucho de moverse, de los deportes, de bailar y que además lo hacen bien? Bueno, pues estos niños tienen una clara inteligencia corporal o kinestésica, han nacido con esta habilidad y casi sin darse cuenta se las arreglan para desarrollarla.
De la misma manera, cada persona nace con aptitudes especiales.
A estas habilidades, Howard Gardner las llamó Inteligencias Múltiples. Es decir, cada ser humano nace con alguna habilidad especial y, aunque puede ejercitar otras, es claro que buscará fortalecer la propia.
Existe pues la inteligencia lingüístico-verbal, lógico- matemática, musical, espacial o visual, naturalista, intrapersonal, interpersonal, y la corporal o kinestésica.
Ningún niño es igual a otro, ningún hijo es igual a otro.
A veces, lo que nos aflige como padres no es que nuestro hijo no tenga tantas habilidades como otros niños, sino nuestra propia inseguridad como personas. Es la imagen que queremos proyectar a través de nuestros hijos, como si cada niño representara nuestro valor, nuestra forma de pertenecer al grupo, el pase de entrada para ser reconocidos en la sociedad, y de esta manera exigimos a los niños que destaquen o se esfuercen a veces hasta el agotamiento, sin conocer si quiera sus necesidades o talentos.
Por lo tanto, queridos padres de familia, es importante que jamás comparemos a nuestros niños con los demás, ellos pueden descubrir y fortalecer su habilidad predominante, esa que tanto les gusta. Así podrá tener mucha más confianza en sí mismo y de una manera más congruente, responder a diferentes situaciones que les presente la vida.
Aun como adultos podemos descubrir la nuestra, sin embargo, esto solo puede lograrse volviendo la mirada hacia nosotros mismos, recordando que somos seres únicos y que nuestro talento puede aportar mucho más a la humanidad.
Y RECUERDEN, TODO ESTARÁ BIEN AL FINAL. Y SI LAS COSAS NO ESTÁN BIEN, ENTONCES, TODAVÍA NO ES EL FINAL.