Ernesto Ordaz Moreno
“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha” (Víctor Hugo)
Desde que nacemos comenzamos a contaminar. A pesar de la gran conexión que tenemos con la naturaleza generamos desechos que afectan las aguas de los ríos, lagos y mares, nuestro aire, así como la tierra misma. La vida moderna genera aún mayor cantidad de contaminantes. La globalización, la industrialización y el individualismo han apresurado la existencia de una mayor cantidad de basura. El tema de la basura es prioritario atender. Se realizan esfuerzos, pero son insuficientes. El mundo entero está consternado ante la inacción y la comodidad.
A nadie escapa que lo indispensable para cualquier ser humano es tener agua potable, aire limpio y alimentación sana. Sin embargo, tal parece que nuestras omisiones de cuidado han provocado que, de mantener esta apatía, en unos años la contaminación nos impida tener satisfactores básicos, provocando enfermedades, hambre e incluso, comprometiendo a las generaciones futuras.
Si bien el Estado mexicano ha reconocido como Derecho Humano el “medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar” que se interrelaciona con el “derecho a la salud”, “derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal salubre” y al “derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad” (artículo 4). Lo cierto es que todo ello no es sino el principio de las acciones que los ciudadanos debemos emprender para garantizarnos una vida futura.
Reitero, la participación gubernamental es colaborativa con las entidades federativas y con los municipios (fortalecer el federalismo), pues en el caso particular, nuestra Constitución poblana también contempla el derecho a un medio ambiente adecuado que se debe proteger, preservar, restaurar y mejorar para no comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras (artículo 121). Y corresponde a los municipios prestar el servicio público de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos (artículo 115 de la Constitución Federal).
Evidentemente, la basura es un asunto multidisciplinario que requiere de grandes inversiones, educación y acción inmediata. En Puebla se producen hasta 4 mil 500 toneladas diarias de basura, alguna se deposita en rellenos sanitarios y otra parte está en las calles; si, afuera, sin ningún tratamiento, afectando todo nuestro medio ambiente.
Cierto que la concentración de personas en las ciudades provoca acumulación de basura en éstas, pero debemos actuar con responsabilidad ciudadana. El mayor obstáculo que enfrentamos es convencernos, a nosotros mismos, del daño que estamos causando, desmarcarnos de la comodidad que nos ofrece la tecnología y tomar conciencia de que nadie más va a salvar a nuestro planeta.
¿Qué acciones generan basura? Sorprendentemente, todo lo que hacemos produce un desecho o basura. La energía, sea eléctrica, fósil o de cualquier naturaleza, el transporte automotor (sea automóvil, motocicleta o autobús), el jabón para asearnos, la comida empaquetada en plásticos, el aceite usado para preparar los alimentos, la ropa, los instrumentos electrónicos, los medicamentos, la tala inmoderada, los fertilizantes, la industria de cualquier naturaleza.
¡Estamos destruyendo nuestro hábitat! Es alarmante lo que estamos viendo y casi nada hacemos para remediarlo. Y, antes de que apliquemos la frase: “La realidad supera la ficción”. debemos comenzar con pequeñas acciones diarias, bajo el entendido de que “los grandes actos se componen de pequeñas obras” (Lao Tsé).
Reducir, reciclar, reutilizar. En efecto, podemos comenzar, reduciendo compras innecesarias, adquiriendo sólo lo necesario, sin bolsas de plástico, usando envases grandes que no impliquen su desecho a corto plazo, reutilizar y reciclar los productos. También debemos informarnos, es decir, educarnos sobre cómo podemos disponer mejor de los productos que se desechen, en las escuelas invitar a que los alumnos conozcan de las formas de evitar basura y reciclar sus desechos incluso con programas de generar composta y siembra de alimento. Que las casas habitación prevean elementos reciclables y áreas para reutilizar y reciclar. Promover el uso de la bicicleta, compartir vehículo para trasladarte o el transporte público; comprar frutas y verduras orgánicas en el mercado cercano para evitar fertilizantes y pesticidas así como el transporte de estos productos a grandes distancias; usa productos naturales para tu higiene personal, no derivados del petróleo; ropa fabricada con algodón; cambia instalaciones a energía solar; consume de manera responsable el agua potable, generando sistemas de reutilización del agua; no aceptar productos transgénicos; convertir la basura orgánica en composta; utiliza vinagre, bicarbonato de sodio; no destruyas los bosques con tala y, por el contrario, siembra árboles; en fin, hay muchas acciones que podemos tomar de manera inmediata.
Invertir en proyectos de tecnología que permita reciclar los productos, por ejemplo, la búsqueda de energías limpias, al menos los elementos que se usan para crear una celda solar, sílice, aluminio, vidrio, son reciclables. La fundación “Bill and Melinda Gates” está invirtiendo en una tecnología y maquinaria que reciclará el excremento humano en agua potable y electricidad. Los desechos orgánicos pueden reciclarse en trozos de carbón compactado para generar energía en lugar de confinarlos en rellenos sanitarios. Los vehículos y los enseres del hogar, accionados con energía solar. En fin, es urgente cuidar el agua, el aire y la tierra, si bien hace falta mucho por hacer y conocer, del ensayo y error, los científicos encontrarán energía limpia, formas de evitar generar basura y una manera de cuidar nuestro medio ambiente para garantizarle a las futuras generaciones una vida libre de carencias.
¡No seas conformista! Busca obtener lo mejor sin dañar al medio ambiente, no te preocupes si los demás te critican, haz lo correcto, se auténtico, atrévete a vivir por un mejor planeta; no te rindas ni cedas ante las presiones externas; trasciende, dejando un mundo limpio para las próximas generaciones, hereda con el ejemplo, como lo hace un buen padre. “Todo el que alguna vez ha construido un nuevo cielo encontró antes el poder para ello en su propio infierno” (Nietzche). Difícil será, pero la recompensa valdrá la pena. Tus hijos, tus nietos, todos te lo agradecerán. ¡Adelante, siempre de frente, sin claudicar!