El 1 de julio de 1980, fecha imborrable para el deporte mexicano, pero sobre todo para el béisbol en nuestro país, peloteros de los Diablos Rojos pertenecientes a la Asociación Nacional de Beisbolistas (ANABE, movimiento que buscaba mejorar las condiciones para los peloteros), encabezados por Ramón «Abulón» Hernández se negaron a jugar el Diablos vs Tigres, por el que consideraron «despido injustificado» de Vicente Peralta, jugador y representante felino ante la Asociación; iniciando así la histórica Huelga de Beisbolistas Mexicanos.
En aquella fecha, el Parque del Seguro Social lucía un lleno hasta las lámparas para presenciar una edición más de la «Guerra Civil», entre Diablos Rojos y Tigres. Los felinos hicieron su aparición en el terreno de juego, pero ningún pelotero escarlata saltó al diamante, decretándose la victoria para Tigres por forfeit (default).
Vicente Peralta, quien hasta una noche antes (30 de junio de 1980), pertenecía a Tigres fue dado de bajo por «bajo rendimiento», sin embargo, el «Abulón» Hernández y los peloteros de los Diablos argumentaron que dicha decisión fue en represalia por su afiliación a la ANABE.
«El Abulón» Hernández exigía tres puntos fundamentales para finalizar el movimiento; la reinstalación de Peralta como jugador, que la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) aceptara a la ANABE y que una vez que terminara la huelga, no haya ninguna represalia en contra de algún jugador asociado.
En consecuencia, la Temporada 1980 de la Liga Mexicana de Béisbol se vio afectada por dicho acontecimiento al grado de ser suspendida ya que varios equipos y peloteros apoyaron el movimiento «anabista». Se jugó una Temporada Extraordinaria con 6 equipos (Algodoneros de Union Laguna, Azules de Coatzacoalcos, Broncos de Reynosa, Indios de Ciudad Juárez, Saraperos de Saltillo y Tigres Capitalinos), resultando campeón Saltillo por terminar primero en la Tabla General.