Todos conocemos el azúcar de mesa o los sobrecitos de azúcar del café, pero resulta que una cantidad masiva de alimentos tienen un potente contenido de azúcar. A esta se le denomina ‘azúcar fantasma’.
Se le llama así porque es un azúcar que no se ve y probablemente no tenemos noción de que un producto pueda contenerla. Y esto es porque el azúcar no solo funciona como energía inmediata, o para conseguir un buen sabor en el alimento, sino que, desde el punto de vista tecnológico, puede incrementar la duración de un producto, haciendo que se alargue su fecha de expiración.
Las fuentes más comunes de azúcar son los refrescos, jugos envasados, yogures enteros y descremados, galletas industriales, productos infantiles, cereales, rosquillas, granolas, mermeladas, crema de cacahuate, mayonesa, cátsup, cacao en polvo, alimentos light, entre muchos otros productos ultraprocesados.
Para saber reconocerlos, hay que leer el etiquetado nutricional. Si un producto tiene más de cinco gramos de azúcar añadida por 100 gramos de alimento, ya se le considera que tiene un aporte alto de dicho nutriente.
Otro dato es que el azúcar no aparece con el nombre de ‘azúcar’ en la lista de ingredientes, cuestión que puede crear confusiones. Si entre los primeros tres ingredientes te aparece alguno de los nombres a continuación, significa que el producto tiene un gran contenido de azúcar: sacarosa, jarabe de maíz, glucosa, fructosa, dextrina, dextrosa, caña de azúcar, sirope de tapioca, aceite de canola, maltodextrina, miel, caramelo, jarabe de arce y concentrados de fruta.
Es fundamental el conocimiento de las fuentes de azúcar porque muchas veces compramos, ya sea para nosotros mismos o para la familia y los hijos, productos que creemos saludables y la realidad es que no lo son.
Poniendo varios ejemplos: en una dieta de 2 mil kilocalorías, 25 gramos sería la cantidad aceptada proveniente del azúcar. Eso equivale a tres sobrecitos. Entonces, queremos empezar a comer sano y compramos granola. La granola aporta 30 gramos de azúcar, lo mismo que doce bombones o una barra de chocolate.
Por otro lado, creemos que quizá el refresco de limón es mejor que el de cola y resulta que una lata aporta 51 gramos de azúcar; es decir, diez cucharaditas. Compramos un moka frapuccino que contiene 64 gramos de azúcar, que te lo bebes en un segundo, y eso equivale a tres chocolates.
Estos ejemplos comunes nos dan una idea de cuánta azúcar podemos llegar a consumir durante el día si no ponemos atención a lo que compramos e ingerimos. Sin embargo, si esto es de consumo ocasional, no hay ningún problema. No pasa nada disfrutando una rica bebida de chocolate mientras ese no sea el hábito.
Consejos para disminuir el consumo de azúcar
Lo primero es darse cuenta de la frecuencia de esos antojos por algo dulce y si esto ocurre en situaciones particulares. Hay que entender, escucharse y comprender que los antojos no tienen por qué ser malos. Estos se pueden complacer de manera saludable y siendo conscientes de lo que comemos mientras lo disfrutamos. Lo importante es que no se conviertan en la respuesta a todos nuestros problemas y nos lleven a sentimientos de culpabilidad.
Por otro lado, es cuestión de adaptar al paladar y darles la oportunidad a los sabores reales de los alimentos. Existen muchos que naturalmente tienen un sabor divino y dulce, y además nos aportan una variedad de nutrientes. Entre ellos: zanahoria, camote, betabel, calabaza, plátano macho y frutas. No los quites de tu dieta diaria y úsalos a tu favor. Consumirlos te ayudará a controlar esos antojos por dulces. Además, puedes agregar una onza de chocolate negro y utilizar stevia natural para endulzar.
En definitiva, sí podemos endulzarnos la vida sanamente.
Con información de Yahoo! Noticias
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