Lic. César Sotomayor S.
El Gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), antes del 8 de septiembre, hizo llegar a la Cámara de Diputados los criterios generales de política económica que son sobre los que se hace la planeación hacendaria del país para el 2021; el “paquete económico” debe estar aprobado por el Congreso de la Unión, a más tardar, el 15 de noviembre. Para el presupuesto con el que el país funcionara, en esta ocasión, las propuestas de la SHCP son las siguientes:
Se prevén ingresos presupuestarios de 5.540 billones y gastos totales de 6.257 billones para el 2021; es decir, el Gobierno federal gastará más de lo que ingresará.
Estiman un crecimiento del Producto Interno Bruto del 4.6%, situación que me parece más que imposible. Proyectan una producción petrolera de 1857 millones de barriles por día, con un precio de 42.1 dólar por barril. Calculan que el tipo de cambio sea en promedio de 22.1 pesos por dólar para el 2021.
Cabe mencionar que la dependencia que más ingresos tendrá será la Secretaría de la Defensa, un 19.7% más que el del año 2020. Mientras que la Secretaría de Salud tendrá un aumento en sus ingresos del 12.87%.
Se espera una inflación del 3% y una tasa de interés del Banco de México del 4%; en estos momentos se encuentra en 4.5%.
Hacienda propone un techo de endeudamiento de 700,000 mdp en moneda nacional, así como 5,200 millones de dólares para la deuda en moneda extranjera.
Los egresos se centran en el aumento de recursos destinados a los programas sociales del Gobierno: el Banco del Bienestar recibirá 5,000 millones de pesos; se destinarán 135.06 mil millones de pesos para el pago de pensiones a adultos mayores; el apoyo a microempresas será de 1,600 millones de pesos; las becas de nivel básico por 31.9 mil millones; para becas de nivel medio superior 33.2 mil millones; Sembrando Vida, 28.9 mil millones; apoyo para personas con discapacidad 15.5 mil millones; Jóvenes Construyendo el Futuro, 20.6 mil millones, entre otros.
Otros de los elementos que destacan son los recursos asignados a los grandes programas de infraestructura de la cuarta transformación: el Tren Maya absorbe la mayor cantidad, 36.3 mil millones; el aeropuerto Felipe Ángeles, 21.3 mil millones; el inconcluso tren interurbano México – Toluca, 7 mil millones.
El paquete económico presentado es muy optimista, pero no se ajusta a la realidad. Un día después de haberlo entregado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó en claro que la salida de la crisis aún está lejos de vislumbrarse. Es en este contexto de incertidumbre en el cual la SHCP plantea el paquete económico, esperanzado también en el hallazgo de una vacuna contra la COVID 19, una reapertura total de la economía y en los frutos a corto plazo que puede inyectar a la economía el T-MEC.
La realidad es que, para la Secretaría de Hacienda, sus paquetes económicos han sido en extremo complejos por la falta de un elemento clave: la certeza. Aquí algunos datos: en 2019 anticiparon un crecimiento económico de +2.5% y acabamos decreciendo -0.3%. Este año calcularon que íbamos a crecer +2.0% y nuestra economía tendrá su peor desplome histórico en al menos -18%.
Uno de los pilares de los compromisos económicos de esta administración era no aumentar la deuda; sin embargo, habremos pasado de 44% como porcentaje del PIB en diciembre de 2018, a 55% este año y algunos analistas aseguran que puede llegar a cerca del 60%. Es decir, un aumento de al menos 11%, sobre todo, por el menor crecimiento económico, pero también un aumento de la prima de “riesgo México” al haber tenido bajas en la calificación crediticia tanto el soberano (país), como Pemex en más de una ocasión. En el paquete económico hablan de “continuar controlando y estabilizando la trayectoria de la deuda”, cuando ya dejamos de tener superávits primarios y el déficit ha sido mayor al esperado año con año.
Si bien el deterioro económico y fiscal es reconocido por la Secretaría de Hacienda en el paquete económico que se presentó el pasado 8 de septiembre, también es cierto que sigue faltando objetividad.
Esperamos que las expectativas creadas se cumplan, que exista disciplina, transparencia y honestidad en el manejo de los recursos y mejore la capacidad operativa de los programas prioritarios y que su ejecución sea adecuada, que el incremento de presupuesto para el sector salud fortalezca las medidas de respuesta a la pandemia y resuelva tanto la emergencia sanitaria como el déficit en la materia acumulado en el curso de los años por los anteriores gobiernos; que se satisfagan las previsiones de la producción de la plataforma petrolera, ya que la extracción del crudo en los últimos años ha ido a la baja, que los recortes que significa la austeridad no se conviertan en un austericidio. Y, por último, se desea que estemos en el camino correcto, que recuperemos la senda del crecimiento económico a costa de cambiar el rumbo de las políticas públicas clave.
Sin duda, meses complicados por venir, pero tenemos la muy buena noticia del pasado fin de semana que fue el inicio de la temporada de la NFL.