Roberto Quintero
Es esta columna que trata sobre emprendimiento, tendremos una vez al mes a un invitado, quien nos compartirá sus testimonio y consejos, en esta ocasión recibimos con gran gusto la pluma de: Alejandro Bravo.
Muchos de nosotros hemos escuchado la frase «lo único constante es el cambio», incontables veces a lo largo de nuestra vida, principalmente en momentos cuando debemos tomar decisiones que nos sacan de nuestra zona de confort. Y aunque estamos conscientes de lo que esta frase puede significar, los seres humanos no adoptamos este concepto tan fácilmente, excusándonos en explicaciones como «así soy yo», sin saber las consecuencias de ello.
Pero más allá de ser una frase que nos proporcione motivación, es una realidad constante y tangible.
Albert Einstein, en una de sus postulaciones, explicando el movimiento de los objetos y la constancia en la velocidad de la luz, manifestaba que, si observamos a gran escala el universo, todos los planetas, soles, constelaciones y galaxias, se encuentran en constante movimiento; y si observáramos en una microescala, todas nuestras células, moléculas y átomos, también están en constante movimiento. Lo cual nos deja en una posición de lo absurdo que sería, que el ser humano y nuestras acciones no se encuentren en un continuo cambio, diciendo «así soy», «esto es lo que tengo» o «esto es lo que vendo».
El constante movimiento, es el constante cambio.
Este artículo está dedicado a que nos preguntemos ¿qué tanto nos hemos adaptado al cambio?
A estas alturas de la crisis, ya debemos estar implementando, o por lo menos tener, nuestro plan estratégico, que debe incluir varios cambios e innovación, que nos permita adaptarnos a las nuevas necesidades. Que siempre habrá nuevas, porque inevitablemente, las necesidades generan nuevas tecnologías o innovaciones, que a su vez generan nuevas necesidades, y así sucesivamente.
Hasta la fecha sigo contando con mentores o amigos, a quienes admiro y aprecio mucho su visión y palabras, con quienes me reúno (por lo menos una videollamada o llamada) con cierta frecuencia, para pedirles su consejo o para platicar sobre las diferentes perspectivas de un tema. Así también, por lo menos una vez a la semana, en la consultoría, organizamos sesiones con el equipo para platicar de tendencias, tecnologías y lo que deberíamos de mejorar.
Por ello, es importante que debas contar con un equipo con quienes planifiques el futuro de tu empresa, tener herramientas o compañeros con un perfil que sepan identificar e interpretar los cambios que se avecinan a corto y mediano plazo, o también siéntate a platicar con las personas que sabes que te aportarán mucho valor ante tus dudas o problemáticas. De tal manera que estés preparado para eso, pero, aún más importante, que tengas la disposición de moverte y adaptarte al cambio.
Te diría que, en estos tiempos difíciles, tu mejor herramienta deba ser cambiar, adaptarte e innovar, pero es una herramienta de toda la vida. Pero como lo he dicho en otras ocasiones, una de las oportunidades que presentan las crisis, es que ponen a todos los competidores en el mismo nivel de capacidades de sobrevivir y sobresalir. Sólo debes, analizar, identificar y saber cómo lograrlo.
Espero haberte podido transmitir la importancia de la adaptación al cambio y de mantener a tu empresa en constante movimiento. Si quieres saber más, expresar tus comentarios o reclamaciones, podré leerte en [email protected]