Lic. César Sotomayor S.
Con Estados Unidos compartimos además de miles de kilómetros de frontera un sin número de temas en áreas tales como migración, comercio, seguridad, turismo, etc. En diferentes momentos de nuestra historia ha habido momentos críticos y tensos. Creo que la posición internacional de nuestro país en mucho se define por nuestra relación con el vecino del norte.
El gobierno de la República debió de haber reconocido el triunfo democrático de Joe Biden al mismo tiempo que la mayoría del mundo lo hizo, es una descortesía diplomática y sin duda un desacierto político. Si bien es cierto la política exterior mexicana esta enmarcada por “la no intervención y la libre auto determinación de los pueblos” pero el proceso fue apegado a sus leyes y por tanto esencialmente legal. Esperemos que la agenda bilateral del nuevo presidente norteamericano no se vea afectada por este hecho.
Ante el triunfo la percepción inicial de estabilidad y crecimiento económico no es del todo cierta, ya que encuestas y opiniones de especialistas consideraban que la economía iba a estar mejor con Donald Trump y es cierto; Trump y sus asesores en economía son puntualmente estratégicos y su planeación económica era la indicada toda vez que en el periodo que lleva encabezando la administración los datos estadísticos arrojan resultados exitosos en la materia.
El anuncio de la victoria de Biden tuvo un efecto positivo inmediato en las principales Bolsas de valores de todo el mundo, reflejando el aumento de la confianza de los inversionistas ante las nuevas circunstancias. Sin embargo, nosotros no debemos echar campanas a vuelo, ya que se espera una severa revisión (no modificación) al Tratado Internacional entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en relación a las exportaciones.
Actualmente el tratado más importante para México en cuestión económica es el TLCAN, que es un acuerdo firmado entre México, Estados Unidos y Canadá, con el objetivo de eliminar las barreras de comercio y de inversión. Dicho tratado fue propuesto en 1990, aprobado en el 1992 y finalmente puesto en vigor en 1994.
Cuando el TLCAN entró en vigor, Estados Unidos y México formaron fuertes lazos comerciales, por lo que desde entonces Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial y viceversa, para el año 2008 éramos el segundo socio comercial más importante en EU y en este año pasamos a ser el primero de la lista cuando el comercio bilateral alcanzo los $614,500 mdd y la economía estadounidense importo más de $358,000 mdd de productos mexicanos, lo que represento más del 14% del comercio es ese país, la cifra más alta para México desde que se tienen registro.
Fruto de negociaciones de muchos años en el 2019 se publicó en el Diario Oficial un decreto en el que se sustituyó al TLCAN por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá T-MEC. Este mantiene la apertura en el comercio de bienes y servicios e incorpora nuevas disposiciones en materia de reglas de origen, comercio electrónico, empresas propiedad del Estado, derechos laborales y ambientales, aquí destaquemos que el gobierno de México insiste en la apuesta por las energías fósiles mientras que el mundo gracias al acuerdo de Paris deberá cambiar a las energías limpias en porcentajes importantes para el 2025.
En política migratoria ¿qué podemos esperar de Biden? Recodemos que Biden fungió como vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama que ha sido el gobierno con más deportaciones de migrantes, la mayoría de ellos mexicanos, durante la presidencia de Obama las deportaciones fueron aún mayores que con Trump, se expulsaron al año 380 mil migrantes. La deportación es un tema bastante delicado para México, ya que de acuerdo con cifras del INEGI 6 de cada 10 mexicanos se encuentran en un empleo informal, si la gente que migra a EU se quedara aquí, solo aumentaría la cifra del trabajo informal y de desempleo.
Biden mencionó en una entrevista con la Asociación Nacional de Periodistas Afroamericanos e Hispanos, que si ganaba detendría la construcción del muro, además de regular la situación de 11 millones de inmigrantes indocumentados. Biden prometió que mandará una ley de reforma migratoria al Congreso para mantener a las familias unidas dentro del país y facilitarles el apoyo necesario mientras se conduce su proceso, situación que sin duda ayudaría a millones de paisanos que se encuentran en ese supuesto.
¿Quiénes son los que impusieron mayores restricciones en el famoso capítulo 23 del T-MEC, el capítulo laboral? Evidentemente que fueron los legisladores demócratas. El capítulo 23 denominado Laboral, del nuevo Tratado, establece definiciones, declaraciones, reconocimientos y obligaciones en materia de trata de personas y explotación. Por lo que los demócratas estarían más atentos a que México no viole el contenido del capítulo 23. Para ello están proponiendo establecer una multa fiscal a los corporativos que subcontraten en otras partes del mundo, es decir que manden hacer a Malasia o aquí a México partes de un producto que luego van a volver a vender en Estados Unidos.
México le ha hecho tres desplantes al partido demócrata, el primero de ellos el 31 de agosto de 2016, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, se invitó a Donald Trump a una reunión cuando todavía era candidato presidencial por los republicanos. El segundo se dio cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó la Casa Blanca en julio de este año por motivo del T-MEC y no se reunió con representantes demócratas o con el equipo de Biden; lo cual fue considerado como un respaldo a la campaña de Trump, puesto que el proceso electoral estaba cerca. El tercero al no reconocer a su candidato como presidente electo.
Un gran reto para México es preservar la relación que tiene con Estados Unidos y al mismo tiempo, lograr una mayor diversificación en sus relaciones internacionales en las próximas décadas.
Considero que una política exterior más diversificada y exitosa daría a México mayores posibilidades para negociar con Estados Unidos. Así mismo, una relación más cercana con Canadá seria un activo considerable. Biden buscó y obtuvo el voto latino, entonces solo falta probar que lo merece, si bien a ninguno de los dos países le conviene perder las relaciones ya establecidas, se espera que estas no se vean afectadas con la llegada del nuevo presidente, como vecinos dependientes y principales socios, solo nos queda esperar que se siga llevando una buena relación para lo cual el correcto y oportuno actuar del Gobierno Federal es vital.