Marcos Rodríguez
Las elecciones deben llevarse a cabo por varias razones; en primer lugar porque estamos frente a uno de los derechos políticos más importantes que tenemos las y los ciudadanos de este país, también existe un contexto social de exigencia hacia la realización de las mismas y no hacerlas nos llevaría a una crisis política y constitucional que se sumaría a las crisis sanitaria y económica que la pandemia nos ha dejado y cuyos efectos ya resentimos.
La renovación periódica y pacífica del poder público es un bien preciado que no podemos poner en riesgo, sino proteger a través de una serie de medidas que garanticen la salud y el bienestar de quienes participan en el proceso electoral.
En la medida en que la evolución de la pandemia ha supuesto un reto para la sociedad y las instituciones, tanto por su incierta permanencia como por el impacto en las dinámicas sociales y económicas, adquieren relevancia las acciones del INE y de los órganos locales para garantizar que este, el proceso electoral más grande y complejo de la historia, se realice no solo bajo los más altos estándares de calidad, sino a través de decisiones claras, basadas en datos objetivos, que protejan la salud de las personas.
Para ello, se ha normado, a través de Protocolos de Actuación y medidas sanitarias tomadas con la asesoría de expertos y expertas en salud pública y epidemiología, que todas las actividades asociadas a las elecciones, se lleven a cabo con el espíritu de contribuir a disminuir la difusión del virus causante del Covid-19.
En la recepción de documentos de las y los aspirantes a ocupar vacantes en los diversos espacios institucionales, se ha privilegiado la utilización de herramientas tecnológicas.
En los módulos de atención ciudadana, el personal del INE utiliza de manera permanente cubrebocas y caretas; las estaciones de trabajo se sanitizan entre cada atención al público, a las y los usuarios se les solicita usar cubrebocas y se les proporciona gel antibacterial, además, las salas de espera operan únicamente al treinta por ciento de su capacidad.
Habrá también espacios con suficiente amplitud para ubicar casillas, que permitan la sana distancia durante la elección y para el 6 de junio próximo se invertirá aproximadamente mil ochocientos pesos por casilla, para dotarlas de todos los insumos sanitarios que garanticen el cuidado a la salud de funcionarios, votantes, representantes y observadores.