Lic. César Sotomayor S.
Esté tema lo trato en mi libro «Esencia Social» por que considero que la legalidad ha sido y seguirá siendo el bastión de las sociedades ordenadas, respetuosas y progresistas.
El término legalidad implica la incógnita ¿qué pasaría si no hubiera leyes? respondiendo que no sería posible vivir sin ellas, que estaríamos en una anarquía donde todos hacen lo que les plazca y prevalecería la ley del mas fuerte o el mas abusivo, es por ello que necesitamos su existencia para que haya una convivencia pacífica. Las leyes son la mejor forma para organizar comunidades, generar respeto entre sus miembros, resolver conflictos y transitar ordenadamente hacia un justo desarrollo.
Aunado a lo anterior nos viene a la mente el término normas, las cuales son el tipo de regla que se debe seguir o a qué se deben ajustar las conductas, tareas o actividades, por lo que podríamos referenciar que una norma es la regla que se debe de seguir en cualquier actividad y la ley es un precepto dictado por la autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en relación con la justicia y para el bien de los gobernados, por lo que la principal diferencia entre ambas es que las leyes son impuestas por autoridades y por lo tanto obligatorias, además de exigibles para todos, mientras que una norma se puede establecer de manera diversa y las personas que quieran la aceptan de manera voluntaria.
Otro punto relevante de todo esto es que, si bien es cierto que en cualquier sociedad organizada hay leyes, hay formas establecidas para hacerlas respetar y autoridades para que se cumplan, también es cierto que eso no es suficiente para garantizar su cumplimiento, porque también hay muchas personas con diversidad de intereses, lo que genera diferentes actitudes ante las leyes qué, dicho sea de paso, son muchas y muy variadas. Esta realidad poco a poco ha provocado que cada persona actúe según sus convicciones y si le sumamos que no hay instituciones, ni funcionarios suficientes, ocasiona que cada vez sea más difícil que cada persona las cumpla.
Legalidad es un principio en virtud del cual los ciudadanos y todos los poderes públicos están sometidos a las leyes y al derecho. En pocas palabras, esta definición nos marca que todos debemos respetar las Leyes, pudiendo desprender en primer lugar que para que exista la legalidad tiene que haber leyes, en segundo lugar, se debe reconocer que esas leyes están por arriba de todos los ciudadanos y autoridades y, en tercer lugar, qué debe haber un sometimiento lo cual significaría que todos sin distinción deben respetarlas, cumplirlas y hacerlas cumplir.
Como un principio rector de la legalidad están los derechos humanos los cuales en la historia de México destacan en la Constitución de 1917, en 1992 con la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y por último la reforma a la Constitución en el año 2011 en el cual modifica la manera en que se interpretan y aplican los mismos. Varios autores agrupan a los derechos humanos de una manera muy práctica la cual comparto con ustedes.
Derechos humanos de primera generación o conocidos también como derechos civiles y políticos son los que imponen al estado respetar siempre los derechos fundamentales del ser humano por ejemplo la vida, libertad, igualdad entre otros.
Derechos humanos de segunda generación o conocidos también como derechos económicos, sociales y culturales que constituyen una obligación de hacer del Estado y son de satisfacción progresiva.
Por último los derechos humanos de tercera generación también llamados derechos de los pueblos o de solidaridad los cuales surgen como respuesta a la necesidad de cooperación entre naciones como lo ha sido el derecho a la autodeterminación, independencia económica y política, identidad nacional y cultural, a la paz, a la coexistencia pacífica, al entendimiento y confianza, la cooperación internacional y regional, justicia internacional, avances en ciencia y tecnología, solución de conflictos alimenticios, educativos y del medio ambiente todo lo anterior para contribuir al progreso con el cual se garantice la vida digna y la seguridad humana.
Para que exista legalidad debemos reconocer que todas las leyes están por encima de las personas y autoridades, por lo tanto, marcan las reglas del juego las cuales se deben seguir, en nuestro país es muy común ignorarlas o se busca la forma de excluir el cumplimiento, o más aún, justificando que no las cumplimos porque los demás no las cumplen. Es cierto que en ocasiones no nos gusta cumplir las leyes porque nos podrían parecer complejas o injustas, y a veces quisiéramos hacer valer algo que nos excluya de ellas, pero si no les damos su lugar y todos pensáramos igual, viviríamos en un caos.
Normalmente todos actuamos así cuándo es nuestro beneficio, pero si nos perjudica, entonces si exigimos que se aplique la ley. De igual forma nos es muy fácil criticar al que actúa mal, pero muchas veces se nos presenta la misma situación y actuamos tal cual lo hizo aquel al que criticamos.
El respeto a la ley justa es el camino que nos permitirá crecer como sociedad, el país hoy mas que nunca requiere de la participación de todos en los procesos legalmente instituidos que permiten una convivencia armónica y una situación favorable para el crecimiento económico.