“Los populistas, de derecha o de izquierda, ofrecen soluciones falsas a problemas reales” (Michael Ignatieff)
Ernesto Ordaz Moreno
La trascendencia del populismo en América Latina es indudable, sobre todo, porque se amolda con facilidad al régimen constitucional democrático. No obstante, ha presentado un crecimiento también en África, Asia y Europa; ello porque puede existir tanto en un régimen de izquierda como de derecha, teniendo como denominador común la estrategia política.
El populismo surge, primordialmente, en sociedades en crisis, con poca educación y grandes desigualdades, por lo que la pobreza influye para que las personas busquen en él una posible solución a sus problemas, aunque no se obtenga ninguna. Y pasó de una lucha política a un paradigma político.
En el libro “Del Fascismo al Populismo en la Historia” (Federico Fincherstein) se describen las características comunes del populismo: a) practican una democracia autoritaria, electoral, antiliberal; b) sustentan una teología política fundada en un líder del pueblo mesiánico y carismático; c) los antagonistas políticos son enemigos del pueblo y traidores a la nación; d) Existe una visión débil de la ley y la división de poderes; e) el líder es la personificación del pueblo; f) La acción de hablar en nombre del pueblo y contra las élites gobernantes; g) se presentan como defensores de la verdadera democracia y opositores al imperio y a la globalización; h) antipatía hacia el pluralismo y la tolerancia política; i) la idea homogeneizadora de que el pueblo es una entidad única, equivalente a sus mayorías electorales. Y concluye afirmando que es una forma de democracia autoritaria que surgió de la reformulación de posguerra del fascismo, es decir, del fascismo se evolucionó al populismo.
Es así como podemos observar algunos rasgos propios del populismo en la estrategia política del régimen, comenzando con un líder mesiánico, carismático, que pretende resolver las problemáticas sociales y gubernamentales con poderes amplios por lo que su liderazgo puede verse limitado en las instituciones, de ahí que busquen la desinstitucionalización o atacarlas constantemente a fin de reducir los controles y contrapesos.
A su vez, minimizan el ámbito legal, así como la división de poderes, sin abolirlos, ya que se consideran representantes de la “verdadera democracia”, por ello, conceden a las elecciones una importancia fundamental; invocan al pueblo como razón de sus decisiones, polarizan a la sociedad (ámbito político, económico y social) concentrándolo en los buenos y los enemigos del sistema, por lo que pretende reducir el pluralismo y las opiniones diferentes a las suyas, de tal suerte que, eliminan a sus adversarios o minorías políticas al quitarles toda legitimación democrática. Asimismo, al sustentar sus acciones en un nacionalismo, reducen las relaciones con el exterior, en la base de sus posibilidades.
El voto de las mayorías electorales carece del derecho para violar los derechos humanos (individuales), así como el de las minorías, pero la sobrerrepresentación tampoco es la respuesta, misma que debemos encontrar en la educación y en un orden constitucional e institucional que sea respetado por gobernantes y gobernados. Algunos consideran que el populismo es una amenaza a la democracia o es “… la democracia de los ignorantes” (Fernando Savater), cualquiera que sea la opinión, se trata de una realidad, que debemos conocer, pues somos una Nación que anhela ser democrática.