Un niño llamado Armyn Hyram creció viendo los enormes saltos de Abismo Negro, uno de los luchadores rudos profesionales más emblemáticos de aquella época y… su primo.
“Mi luchador favorito es Blue Demon Jr., es un ejemplo de constancia, dedicación y mucho esfuerzo para lograr lo que propone”.
Armyn Hyram Palomeque Morales, de 23 años, hoy cubre la identidad de los luchadores mexicanos. Sus máscaras aparecen por doquier en el pancracio, pero también entre amantes de la lucha libre y turistas que buscan llevarse un recuerdo de un deporte emblemático de México.
Nacido en Nacozari de García, Sonora, a su temprana edad llegó a radicar Cosolecaque, Veracruz, lugar donde se forjó como artesano siempre de la mano de su madre de profesión enfermera y de oficio partera.
“Soy estudiante de ingeniería y por el momento me dedico a la laudaría, a dar clases de matemáticas, crear contenido para plataformas digitales, al deporte de manera semiprofesional y a elaborar máscaras de lucha libre”.
Armyn Hyram sabe muy bien que para la mayoría de los luchadores lo más sagrado que tienen es su máscara, pues resguarda su identidad, prevalece el misticismo del deporte.
Armyn decidió hacer máscaras por amor a su cultura, amor a su país y como reconocimiento a la lucha libre es un pilar cultural y representativo.
“He aprendido gracias a varias personas, por ejemplo; en las mascarería aprendí gracias al apoyo que me dio una vecina modista Jane Quintas”.
Para realizar una máscara en ocasión solo necesita de dos a tres horas, pero hay diseños que necesitan dos o tres días.
Armyn utiliza diversidad de materiales como licras en diferentes presentaciones, licra mojada, licra deportiva, lamé japonés, escama de dragón y a su vez ocupa viniles de la mejor calidad posible.
“Sonará un poco egocentrista, pero me inspiro en mí mismo, siempre me repito constantemente que puedo y que lo voy a lograr”.
A pesar del poco tiempo que lleva realizando máscaras, ha tenido colaboraciones locales con luchadores como Zucut Vargas, máscaras elaboradas para Bandido y luchadores de otras localidades a nivel semi y profesional; asimismo, ha tenido colaboraciones con empresas de la talla de Orsan que le han hecho pedidos para regalarlas en su cadena.
“Uy, cuando veo una máscara terminada me la quiero quedar, pero pues son negocios y debo entregarla al cliente, siempre se siente esa conexión con lo que elabora uno.”
Armyn Hyram lleva aproximadamente 250 máscaras elaboradas y el sentimiento es indescriptible, dice, porque sus clientes se llevan un pedazo de él en sus pedidos.
“Siendo franco, la lucha libre es un pilar esencial de la sociedad mexicana. ¿Quién no recuerda al icónico toreo de 4 caminos, a todas las películas del cine de oro del Santo, de Blue Demon?”.
Texto y fotos de Nadia Carrión/Identidad Veracruz