Por Leticia Montagner
El prisionero más famoso de Rusia, el líder opositor Aleksei A. Navalny, pasa gran parte de su tiempo viendo televisión oficial, ordenando su celda, leyendo cartas y visitando el comedor. La cárcel rusa donde está recluido es el complejo penitenciario de máxima seguridad en Pokrov, a 100 kilómetros al este de Moscú.
Pero quizá lo más enloquecedor, narró en una entrevista escrita al diario The New York Times, es verse obligado a ver la televisión estatal rusa y películas de propaganda durante más de ocho horas al día, en lo que las autoridades llaman un programa de concientización que ha reemplazado al trabajo forzado para los presos políticos.
Leer, escribir o hacer cualquier otra cosa está prohibido, dijo Navalny. Tienes que sentarte en una silla y ver televisión.Y si un recluso cabecea los guardias gritan: ¡No te duermas, mira!
Navalny no ha estado del todo callado desde su encarcelamiento.A través de sus abogados, ha enviado publicaciones ocasionales en redes sociales.
En la Rusia actual, dejó en claro Navalny, las horas dedicadas a ver la televisión estatal y las películas elegidas por el Director de la prisión son la experiencia de un preso político, estatus que Amnistía Internacional le ha asignado a Navalny.
Atrás quedaron los turnos de trabajos forzados en la minería o la silvicultura y el hostigamiento por parte de criminales y guardias que era el sello distintivo del gulag soviético,antiguo sistema penal de campos de trabajos forzados para los presos políticos.
La experiencia moderna de un prisionero político ruso, señalóNavalny, es principalmente violencia psicológica y el aburrido tiempo frente a la pantalla juega un papel importante.
Rusia tiene elecciones parlamentarias en este mes de septiembre. Putin resolvió su problema táctico al no permitirnos quitarle la mayoría en la Duma –la Cámara Baja del Parlamento ruso–, concluyó Navalny.
Navalny fue trasladado en coma a un hospital de Berlín en agosto de 2020 tras un envenenamiento en Rusia que él atribuye al Kremlin. Un año después, en esta entrevista, se muestra optimista sobre el futuro de Rusia.
El Kremlin niega haber envenenado a Navalny y ha mantenido que su condena a prisión no es política. Se le acusó de nuevos delitos que pueden prolongar su estancia en la cárcel tres años.
Sin duda, cada lugar tiene sus propias formas de tortura.
Periodista. Catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP. Pionera en Puebla de noticiarios y programas de radio con perspectiva de género desde 1997.