IDIOMA… Durante el proceso de vacunación contra la COVID-19 se usó (y se sigue usando) hasta la saciedad la expresión “el biológico” para referirse a la “vacuna”, como si fuera su sinónimo. Pero es incorrecto, porque se trata de un adjetivo, no de un sustantivo. Es correcto decir “el preparado biológico”, “el experimento biológico”, porque en ambos casos la palabra “biológico” adjetiva o califica a los sustantivos “producto” y “experimento”. Lo usan los médicos y los comunicadores, pretendidamente para no repetir “vacuna”. Pero, insisto, se trata de un disparate pues están diciendo otra cosa, y faltan además a una de las normas más elementales de la gramática… Es lo mismo que el reprobable empleo de “un masculino”, o “un femenino”, cuando se reportan incidentes criminales. El hecho de que los formularios en los cuales se da fe del levantamiento de un cadáver estén diseñados y escritos tan mal, no significa que los policías y luego los jefes de prensa de las dependencia policiacas (éstos sobre todo) incurran en el dislate de usar un adjetivo como si fuera sustantivo. Se trata además se seres que vivieron como personas. Luego entonces, hay que tenerles un mínimo de respeto y escribir en los informe “un cuerpo masculino” o “un cuerpo femenino”. Persistir en ese mal uso sería como decir “un ignorante” en referencia a un policía o a un jefe de prensa que así redactan, cuando lo correcto sería “un policía ignorante” o “un jefe de prensa ignorante”, si es que lo son, claro. No confundir la gimnasia con la magnesia.
PODER… Hace unos años me animé a solicitarles a unos policías que reportaran un semáforo descompuesto, y me dijeron contundentes que no era su función. Lo mismo hice después con unos agentes de tránsito, de esos que andan a la caza de automovilistas incautos, y les pedí que reportaran un hoyanco de cierta calle el cual llevaba semanas, y su respuesta fue igual: “No es nuestra función.” Desde hace semanas hay dos hoyancos, especies de zanjas, que se han formado en la intersección de las calles 31 Oriente y 24 Sur, a un lado de la ciclovía frente al parque ecológico, y otro en la intersección de la misma 31, sólo que Poniente, y la 13 Sur, en un tope de esos que llaman “reductores”. ¿Cuál es el problema con estos hoyancos? Que frenan la marcha de los vehículos y causan tremendos embotellamientos, generando pérdida de minutos y acaso de horas, y obviamente contaminando. Y las patrullas de policía y tránsito pasan y ninguna reporta. O sea, sigue sin ser su función. Por eso esta propuesta al alcalde Eduardo Rivera Pérez: que dentro de la Dirección de Obras Públicas, Infraestructura, o como se llame ahora la que en su gobierno se ocupa del cuidado de las calles, inventen un área que bien podría llamarse de CONTENCIÓN. ¿Cuál sería su función? Una muy simple pero eficaz: reaccionar ipso facto a reportes de los patrulleros, quienes deberían de estar obligados a informar de tales casos, ya que se la pasan circulando por todas partes, quién sabe para qué, pero así se a pasan. De este modo, el alcalde recibiría aplausos y puntos, antecedentes sine qua non para ganar votos algún día que los vuelva a requerir… Gracias
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Lic. en Letras españolas, escritor, ha publicado 37 libros y dictado alrededor de 600 conferencias; además, ha sido catedrático de las universidades Autónoma de Puebla, Pedagógica Nacional, y Realística de México, y fue Director de Cultura del Ayuntamiento de Puebla, así como Subsecretario de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla.