Durante la presentación del informe Danzar en las Brumas. Género y Juventudes en Entornos Desiguales en América Latina y el Caribe, la Directora General Adjunta de la Unesco para Ciencias Sociales y Humanidades, Gabriela Ramos, dijo que la organización que representa está preocupada por la deserción escolar en la región debido a la crisis sanitaria.
Muchos jóvenes se desconectaron de los procesos educativos en los que estaban involucrados y entre las causas está la falta de acceso a las tecnologías y el trabajo de cuidado no remunerado que recae, sobre todo, en las mujeres.
Ramos sostuvo que en situaciones normales las jóvenes invertían entre tres y seis horas adicionales al trabajo en el hogar, mismas que aumentaron ante las necesidades de cuidado de sus hijos o familiares, por lo que tendrán menos posibilidades de regresar a los planteles escolares.
Un 77 por ciento de las personas jóvenes sin trabajo remunerado ni estudios son mujeres, lo cual está relacionado a la precariedad laboral.
Las mujeres destinan entre 15 y 30 horas semanales a los trabajos de cuidado más que los varones. Además, las juventudes siguen siendo las más afectadas por el desempleo, con una tasa que fluctúa entre 10 y 20 por ciento.
Karina Battyhány, Secretaria Ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), recordó que en América Latina las mujeres realizan más del 80 por ciento del trabajo de cuidado no remunerado, lo que tiene consecuencias directas en sus derechos.
Cuando se destina tanto tiempo a las tareas de cuidado no remuneradas, no hay tiempo para otras cosas y se empiezan a recortar derechos a la educación, al trabajo remunerado y a lo social y político, afirmó.
La Presidente del Colegio de México, Silvia Giorguli, recordó que en el país el proceso de incorporación de las mujeres al trabajo ha sido lento, ya que apenas el 50 por ciento en edad activa se han integrado al mercado de trabajo.
Comentó que el riesgo tras la pandemia es que aquellas que salieron del mercado laboral hayan tenido que regresar, pero aceptando trabajos más precarios y con menores ingresos.
Los especialistas coincidieron en que ni en la región ni en el mundo será posible avanzar hacia modelos más igualitarios y equitativos si no se toman acciones concretas para cambiar la división del trabajo, que está en la base de la distribución desigual del cuidado.
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Periodista. Catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP. Pionera en Puebla de noticiarios y programas de radio con perspectiva de género desde 1997.