Marco Alejandro Ramírez
Billy Corgan estaba seguro de que alcanzaría la fama con el lanzamiento de su primer disco, Gish y que su banda, The Smashing Pumpkins (Las Calabazas Aplastadas), serían la mejor banda del mundo en la década de los 90´s. Sin embargo, las más grandes adversidades pusieron a prueba el temple de esta banda. Todo inició cuando una banda de Seattle llamada Pearl Jam debutó con su disco Ten con el que, eventualmente obtendrían 13 discos de platino tan solo en Estados Unidos y pocos días después, Nirvana lanzaría su álbum Nevermind, considerado como el quinto mejor disco de rock de todos los tiempos. Entretanto, un ejército de bandas lideradas por Soundgarden, estaban consolidando el epicentro de la música porque, sin proponérselo, habían originado un movimiento musical conocido como Grunge.
Eclipsados por la inesperada irrupción de supergrupos, los Smashing Pumpkins (SP), oriundos de Chicago, se encontraban literalmente aplastados, pero Billy Corgan preparaba la batalla decisiva para confrontar al “Tridente de Neptuno”: Pearl Jam, Nirvana y Soundgarden. El reto era enorme, pero Corgan editó su segundo álbum titulado Siamese Dream, con lo que desató una épica batalla -considerada como el segundo fenómeno musical más importante del siglo pasado, solo después de la Invasión Británica encabezada por The Beatles y Rolling Stones, en los años 60´s-.
The S.P. se distinguieron por tener un sonido ecléctico e inusual, su misma alineación era novedosa para la época, había “una chica” en el bajo, Darcy Wretzky -que además tocaba el violín-; un guitarrista de ascendencia japonesa llamado James Iha y a Jimmy Chamberlain, un baterista de jazz adicto a la heroína, quienes comandados por Billy Corgan, persuadieron a la Orquesta Filarmónica de Chicago para integrar sus armonías en la maquinaria que sería su siguiente disco. Con este movimiento, los S.P. despegarían directo a la luna.
Decía Octavio Paz que la búsqueda desesperada de la fama es un intento de manejar la soledad y al buscar ese camino, el individuo solo se hunde más en su laberinto. Y es exactamente lo que le ocurrió a Billy Corgan, la obsesión por superar a las bandas rivales lo llevó al borde de la neurosis; escribió todos los temas en adelante y ejecutó todos los instrumentos de la banda, -ante la mirada reprobatoria de sus compañeros que lo veían como un pequeño dictador-. Corgan dejó entrever, además, un estilo de escritura desgarrador. Según Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, la cura analítica de la neurosis es saber-hacer algo con el sufrimiento para poder recuperar la capacidad de amar y trabajar. En sus letras, Corgan dio rienda suelta a su inconsciente. En Disarm, revela que su madre lo había abandonado cuando era niño, motivo por el cual, fue víctima de todo tipo de abusos durante su primera infancia.
Crear música con el dolor fue liberador para Corgan y quizá fue su tabla de salvación porque las emociones mal dirigidas provocaron a lo largo de tres décadas, la muerte de casi todos los líderes del Movimiento Grunge: Kurt Cobain pidió que adornaran el escenario del Mtv Unplugged con velas y flores como en un funeral anticipado para que poco después, se quitara la vida con una escopeta Remington, Calibre 20 que él mismo compró por 300 dólares; Layne Staley, líder de Alice in Chains, se quitó la vida, luego de luchar diez años contra la depresión tras la muerte de su novia; Chris Cornell, voz y alma de Soundgarden -quien ocupaba el 4to puesto dentro de las mejores voces del rock- optó por ahorcarse en el baño de un hotel después de un concierto en Detroit; Scott Weiland, la voz de los Stone Temple Pilots, decidió beber una mezcla de estupefacientes con lo que puso punto final a sus días.
Lamentablemente la lista es más grande y continúa creciendo año tras año. Todo apuntaba a que la siguiente estrella que se uniría a la constelación suicida sería Billy Corgan, pero en un proceso de transformación, se enfocó en escribir de manera terapéutica, produciendo cientos de canciones liberadoras, dando muestras de un genio excepcional y escribiendo como un Dostoievski enloquecido. El resultado derivó en la obra maestra de los SP, Mellon Collie and Infinite Sadness. Un álbum doble repleto de energía pura. El monumental disco fue considerado por la revista Time como el The Wall de Pink Floyd de los 90´s. Los temas iban del caos a la ternura melódica, como una montaña rusa de emociones. Fue galardonado como el álbum del año. Por fin lograban convertirse en la mejor banda del mundo y su álbum se posicionó en la lista de “los mejores 100 discos de la historia del rock”. Su fama fue tan grande que incluso aparecieron en un capítulo de la séptima temporada de Los Simpsons. Pero la soledad solo se intensificaría…En ese periodo, Corgan usó el símbolo de una estrella plateada en su camiseta.
Pero su buena estrella los volvería a abandonar. Durante la gira mundial de Mellon Collie, su joven teclista Jonathan Melvoin, fallecería por intoxicación, el responsable sería su baterista de jazz, adicto a la heroína, Jimmy Chamberlain, quien presuntamente instó a Melvoin a consumir las drogas. Por si fuera poco, Billy Corgan se reencontraría con su madre; pero ya en su lecho de muerte, víctima del cáncer, apenas les dio tiempo despedirse y perdonarse mutuamente. Así, una relativa calma llegaba por fin a la vida de Corgan y sus canciones dejaron de sonar como un terremoto. Reconoció que sus rivales, en realidad no lo habían sido nunca. Incluso, el baterista de Pearl Jam, Matt Cameron, tocó junto a él la canción For Martha, tema sublime dedicado a su madre con un riff de guitarra interpretado por el padre de Billy Corgan con quien también se había reconciliado. Al final, como escribió Schopenhauer, el amor es nuestra única compensación que tenemos frente a la muerte. Así, la artista ucraniana Yelena Yemchuck aparecería en la vida de Corgan, y aparecería también en la portada de su siguiente álbum, el bellísimo Adore, y en un video del álbum Machina. La relación llegaría a su fin, como la década de los 90s, y entonces los Smashing Pumpkins, anunciaron su separación.
Corgan se mantuvo activo e incluso escribió un libro de poesía titulado Blinking with Fists. La poesía y la literatura habían estado presentes en todas sus etapas como una forma de purificación. Algunos guiños aparecen en el tema 1979 donde hacían mención a Justine del Marqués de Sade; su video de Tonight, tonight era un homenaje a los franceses Julio Verne y George Méliès por El viaje a la luna; también musicalizó la famosa novela de Hermann Hesse, Siddharta. En el video Stand inside your love le rinde homenaje a Oscar Wilde al adaptar su obra Salomé. Años después, tomó el término Zeitgeist del filósofo Hegel, nada más y nada menos que para revivir a los Smashing Pumpkins, con quienes ha publicado un puñado de discos regulares en los últimos años, experimentando con nuevos sonidos, sin angustiarse ya por el éxito que antes anhelaban obtener.
Cuando el escritor Jack Kerouac vivió en la ciudad de México, se enamoró de una prostituta a quien solía llamar Trisstessa, a quien le escribió una novela bajo ese título. Billy Corgan, leyó la novela y homenajeó también a la bella meretriz mexicana con una canción que lleva su nombre. Y es precisamente en la ciudad de México donde La Estrella Plateada volverá a centellear del 5 al 9 de mayo para ofrecer una sorpresiva serie de conciertos en el Teatro Metropolitan para presentar las canciones de su próximo álbum.
Al final, a pesar de todas las adversidades, The Smashing Pumpkins representan a la Estrella que no se apaga, una estrella que forma parte de la constelación de la Eternidad.