Para sorpresa de absolutamente nadie, un nuevo escándalo de acoso y violencia sexual en el medio artístico salió a luz. El productor de videocine Coco Levy de, fue acusado por la actriz Danna Ponce por haber ejercido violencia sexual y psicológica sobre ella.
Según el relato que hizo Danna a través de su instagram, a principios de este año, ella acudió a la oficia de Levy después de enviar su book con la esperanza de conseguir trabajo como actriz. Durante una primera entrevista, recibió por parte del productor “consejos para llegar lejos en la industria”, consejos -obviamente- con un sutil tinte sexual. A pesar de eso, la aspirante regresó a una segunda entrevista, la cual se llevó a cabo a puerta cerrada, y ahí sucedió todo.
Levy continuó el mismo speach “consejos”, pero esta vez, se acabaron las sutilezas, en plena entrevista el señor se abrió el pantalón y se sentó con las piernas abiertas; Danna pensó lo mismo que se nos viene a la mente a todos. Ante esta imagen, ella se paralizó, pero él no; Levi se puso de pie detrás de ella, la tocó y la besó sin su consentimiento.
Por supuesto, después del escándalo, Coco Levy tuvo que recurrir a la vieja confiable “yo no fui, fue teté y la voy a demandar por difamación”. No le queda de otra a él y a todos los que ocupan su poder e influencia para abusar, acosar y violentar sexualmente. A estos rufianes nunca los veremos admitiendo públicamente sus delitos, pidiendo disculpas o aceptando las consecuencias de sus actos, coff coff Luis de Llano ¿dónde andas?
Y como ya es clásico cuando se viralizan este tipo de denuncias, un montón de usuarios de redes (la mayoría hombres) que nunca en su vida habían escuchado el nombre de Coco Levy, salieron a defenderlo y a practicar su deporte digital favorito: desacreditar a una víctima de violencia.
¿Por qué no te fuiste de ahí?, ¿Por qué no hiciste nada cuando te tocó?, ¿Por qué regresaste a una segunda entrevista? Son algunos de los cuestionamientos que recibió Danna tras su denuncia. Pero, y por qué no mejor le preguntamos a él ¿por qué no puedes realizar una ENTREVISTA DE TRABAJO SIN EJERCER ACOSO?
Otros trolls comentaron el ya choteado “se quiere hacer famosa” o el “¿dónde están las pruebas?”; claro, como si pudieras sacar el celular para tomarte una selfie mientras tu agresor te toca. Y aquí un dato curioso: en la actualidad, denunciar abuso te sigue cerrando puertas, así que es una “fama” que nadie quiere conseguir.
Coco Levy es hijo de la actriz, conductora y productora Talina Fernández “La dama del buen decir”, a quien los programas de chismes hostigaron para obtener una declaración. Hasta ahora Talina se ha mantenido “sin comentarios”, no ha defendido a Levy, ni ha desacreditado la denuncia, solo respondió “sí” cuando le preguntaron si amaba a su hijo. Lo normal, una madre que de alguna forma también es víctima.
Oigan, compañeros de la prensa, sé que es trabajo, pero ¿qué esperan obtener?
Se sabe que la industria del cine, la música y el entretenimiento en general, fueron construidas a base de misoginia y violencia. Hace no tanto tiempo, el nombre de una actriz exitosa en la televisión mexicana, iba acompañado de chismes sobre su círculo social/sexual. Y se diga lo que se diga sobre ellas, quien puso el sexo como moneda de cambio fue un hombre. De esto no tengo pruebas, pero tampoco dudas.
Si eres mujer, lo sabes, esto del acoso no es algo exclusivo de la “artisteada”. Tristemente somos violentadas en todos los ambientes y haciendo énfasis en el laboral: sí, para llegar lejos en varias industrias, por decir lo menos, “hay que estar de buen ver”.
Pasando rápidamente a otro tema: después de luchar por años contra el cáncer, falleció el famoso conductor Fernando del Solar. Con mucho respeto al luto de sus seres queridos, no puedo dejar de comentar lo triste e indignante que es que los internautas destinen más tiempo a atacar a su exesposa Ingrid Coronado, que a enviar condolencias.
Solo Ingrid y Fernando saben lo que los llevó al divorcio y aunque eso sucedió en medio de la enfermedad, hubo razones que desconocemos y no podemos juzgar.
Hasta aquí el chisme, lo viral, el tamal con crema… y también con pasas.