El cambio climático es causado por el uso de combustibles fósiles.
En México, una cuarta parte de las emisiones se deben al transporte, la otra cuarta parte al resto del sector energético.
Dejar de emitir gases de efecto invernadero en el sector transporte se convierte en algo tan importante como el uso mismo de renovables para generar electricidad.
La electrificación del transporte privado, o sea, pasar de autos de gasolina, diesel o gas a automóviles eléctricos, significa un cambio importante en los modelos de negocio de las estaciones de servicio.
Primero, las estaciones de servicio tienden a desaparecer de las ciudades, ya no serán como las conocemos.
¿Por qué?
Primero, usted no puede tener un tanque de combustibles debajo de su casa que abastezca su auto de combustión interna. Pero al contrario, usted si puede tener una conexión eléctrica (de hecho la tiene) que alimente su auto eléctrico.
Entonces, ya no requiere ir a una estación de servicio sino que, mientras descansa en su casa o mientras trabaja, puede cargar el auto. Ya tampoco requiere cambio de ruta o ajustarla para pasar a una estación de carga.
La carga rápida no es del todo recomendable, sino que se recomienda una carga lenta que mejore el desempeño de las baterías y su vida media.
Pero el cambio de modelo no significa que no haya sitios de carga fuera del hogar, sino que su dispersión es distinta.
Se requieren sitios de carga en las carreteras, sobre todo las que están en medio de trayectos largos. Pero al ser sitios para carga de larga duración, los sitios deberán ofrecer más servicios y pueden volverse centros de alimentación, compras, recreación, donde el usuario pueda pasar algún tiempo razonable para la carga.
Las estaciones de servicio, entonces, tienden a ser espacios amplios, con alta disponibilidad de interconexiones y flujo de energía eléctrica, y que podrían incluso generar la energía en sitio por fuentes renovables o ser sólo un punto de interconexión con la red.
En algunas redes eléctricas modernas, los autos eléctricos podrían ser no solamente un usuario de energía, sino una fuente disponible de energía para dar estabilidad a la red eléctrica. Esto significa que sus baterías ofrecen servicios a la red, lo que incluso podría dar beneficios económicos a los usuarios.
Puebla se adelantó y estableció ya planes para la instalación de centros de carga para autos eléctricos. Estos sitios son adecuados justo para el plan de trayectos largos o de espacios de estancias no cortas, donde se puedan realizar cargas largas y dar mejor trato a los autos y sus baterías.
Hay que dejar en claro algo:
El proyecto de movilidad sustentable no puede basarse en autos, sino en transporte público eficiente que disminuya el impacto ambiental de la movilidad. Sin embargo, tampoco podemos cerrar los ojos a la necesidad la movilidad eléctrica personal.
En ese sentido, un gobierno que busque aportar a la lucha contra el cambio climático debe ir aportando elementos para la electrificación del transporte.
La regulación de la carga de autos es un asunto pendiente en México. Desde mediados de 2019 la Comisión Reguladora de Energía se ha dedicado más a buscar como satisfacer los deseos políticos del gobierno en turno que a generar la regulación futura que el país necesita.
Sin embargo, es una buena noticia que las autoridades estatales, dentro de sus facultades, empiecen a llegar a cabo actividades de promoción de la transición energética. Esperemos que la federación en 2025 recupere el atraso.