Hace unos días vivimos en el Consejo Coordinador Empresarial, la elección del presidente, Taico Alarcón termina su gestión, la cual fue retadora por la pandemia y la relación con el gobierno del Estado, su desempeño fue valiente, eficiente, y ejemplar, unió como pocas veces al sector empresarial.
El nuevo presidente electo es Héctor Sánchez, proveniente de la Cámara de la Construcción (CMIC), empresario aguerrido, conciliador, exitoso, y comprometido, que encabezará al organismo empresarial.
En la actualidad urgen personas comprometidas, preparadas, y congruentes, que presidan organizaciones de la sociedad, ya sean de causas empresariales, gremiales, y hasta vecinales.
Hace algunos años presenté en la asamblea nacional de la Unión Social de Empresarios de México, un anagrama de la palabra «Presidente», la cual a continuación, me permito compartirla:
* «P» de profesional, un líder de un organismo debe tener el perfil y las competencias para ejercer su cargo.
* «R» de rendir cuentas, un presidente debe ser transparente y estará dispuesto a rendir cuentas periódicamente, de sus actividades y de la tesorería del organismo.
* «E» de eficiente, un líder debe tener la capacidad de hacer más con menos, lograr ética y responsablemente la mayor rentabilidad de los recursos que tiene a su alcance.
* «S» de sucesión, es clave que desde el primer día de su gestión, un presidente reconozca que su paso por el organismo es temporal, por lo que debe generar condiciones para que haya una sucesión tersa y sin conflictos, incluso invitando a personas que cubran con el perfil para prepararse a contender en la sucesión.
* «I» de institucional, un presidente respetará y observará los estatutos y leyes, podría parecer más fácil hacer las cosas sin cumplir con los protocolos que rigen a la institución, pero los daños y riesgos de hacerlo son enormes.
* «D» de delegar, un presidente tiene un consejo y debe delegar responsabilidades a los integrantes y no hacer todo personalmente, un presidente «orquesta» se agota, y agota a la institución.
* «E» de enfocado, el centrar los esfuerzos en el «core» del organismo es clave, como Presidente es fácil distraerse o desenfocarse.
* «N» de no es tu empresa, recordemos que la organización no se lleva como la empresa o la casa, aquí se debe vivir gobierno corporativo, y tomar decisiones colegiadas.
* «T» de trascendencia, la misión de un organismo tiene impacto en decenas, cientos, o miles de familias, por lo que se debe priorizar el largo plazo a los resultados rápidos y poco trascendentes.
* «E» de equilibrio, el balance en el tiempo que el líder dedica es clave, buscar el sano equilibrio entre empresa, hobbies, familia, amigos, y la causa, es fundamental para no desgastarlo y evitar el efecto de «burned out».
Hacer empresa es una noble tarea que transforma la realidad, representar al sector empresarial, es doblemente noble.