Académicos del Decanato de Ciencias Sociales de la UPAEP coincidieron en señalar que el Gobierno de México carece de una estrategia integral para hacer frente a los grupos del narcotráfico que existen en el país, así como la falta de una estrategia integral de ambos gobiernos México-Estados Unidos para combatir al narcotráfico.
Entorno a lo acontecido el pasado jueves 5 de enero en Culiacán Sinaloa, tras la detención de Ovidio Guzmán López alías el “Ratón”, el decano de Ciencias Sociales de la UPAEP, Herminio Sánchez de la Barquera Arroyo señaló que, es lamentable que las Fuerzas Armadas y el Gobierno de México no valoren la capacidad de respuesta del “enemigo”, al tener un escaso despliegue de militantes de Seguridad Nacional, para evitar los bloqueos que se registraron en la ciudad y dejar indefensa a la población de Culiacán frente a las agresiones de los narcotraficantes.
Asimismo, de la Barquera puntualizó que, es vergonzoso que las Fuerzas Armadas no calculen la capacidad de respuesta del enemigo y no se entiende el por qué negar la intervención del gobierno norteamericano. No es ninguna atrocidad el que otro país como es el caso de Estados Unidos (EE.UU.) colabore con México de manera institucional para ubicar a los narcotraficantes, al tener un historial de trabajo colaborativo, en donde la relación entre los dos países es magnífica en ese aspecto.
Además, señaló que, sería interesante preguntarse si la captura de Ovidio Guzmán qué tanto altera el panorama de las drogas y del narcotráfico, realmente fue bueno para el gobierno en turno porque le da una “bocanada de oxígeno” ante los diferentes escenarios.
Por su parte Derzu Ramírez Ortiz, director de Relaciones Internacionales de la UPAEP, expresó que, el narcotráfico es un problema transnacional, por lo que es una de los principales puntos de interés de la agenda binacional que México tiene con los Estados Unidos.
Ramírez Ortíz agregó que, en el país anglosajón se registra un porcentaje alto de gente que consume la droga del fentanilo y sigue creciendo la problemática social convirtiéndose en aguda, y se calcula que cerca del 75 por ciento (más de 110 mil) de las muertes por sobredosis que se registran son producidas por esta droga.
En este contexto, Derzu Ramírez enfatizó que, entre los gobiernos de ambas naciones existe una “armonía” y concordancia de intereses en erradicar este problema del tránsito de drogas a través de las fronteras, no obstante, a la vez, se presenta una discordia de intereses con respecto a los medios que los países deben ocupar para lograr este objetivo de exterminar el trasiego de drogas.
Aunado a ello, señaló que por parte de México se ha hecho el reclamo hacia los Estados Unidos, al requerir una estrategia mucho más dotada de corresponsabilidad en la demanda de drogas que su población representa, para convertirse en una nación que pueda combatir a sus propias redes internas que distribuyen estas drogas y que establecen circuitos de lavado de dinero, de recursos financieros y en el tránsito y venta de armas.
En este sentido, Ramírez Ortiz subrayó que, la captura de Ovidio Guzmán no es un hecho que demuestre la existencia de una estrategia efectiva para terminar con el problema de las organizaciones criminales. Es una detención vistosa, importante y hay que reconocer el esfuerzo de las Fuerzas Armadas, pero no se puede clasificar como un hecho que dé pie para pensar que el gobierno mexicano establece una estrategia adecuada para combatir este problema público que se tiene desde hace muchos años atrás.
En su intervención, Valente Tallabs González, director de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP, dijo que, en los eventos del ‘Culiacanazo 2.0‘ hay dos elementos a destacar, el primero: sucedió todo lo contrario a lo expuesto por Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, referente a que en su política original, “Abrazos no Balazos”, la cual no está asentada en ningún documento oficial, sino se expone diariamente en sus declaraciones que se hacen en la conferencia de prensa de la “mañanera”, puesto que, se realizó una operación con armas de alto calibre, un helicóptero disparando contra objetivos civiles y gran número de situaciones de riesgo; acciones que se criticaban a los gobiernos de sexenios anteriores.
El otro punto cuestionable es el de no ir por objetivos prioritarios, y en este caso, la captura de «El Ratón» representa un eslabón fundamental del Cartel del Pacífico. Al respecto del mensaje político, demostró que no todo estaba planeado porque se actuó justamente con todo aquello que el gobierno en turno en lo que va de su administración había pregonado que no debía de hacerse, sin embargo, la realidad ya la conocemos.
Finalmente, Tallabs González alertó a la ciudadanía a prestar atención minuciosa de lo que vaya a suceder en Sinaloa y en los estados circunvecinos, porque se estará dando un reacomodo de los grupos del narcotráfico de esa zona y del resto del país, debido a conflictos violentos que se pueden registrar, que ameriten un desafío mayor frente a la autoridad, al estado por parte de estos grupos delictivos y por consiguiente hay que darle “una lectura más política que estratégica” a este asunto.