En la historia de la humanidad las grandes crisis traen consigo un nuevo auge en el desarrollo científico, tecnológico, industrial y de servicios que permiten atender las necesidades sociales del momento y preferentemente proveer soluciones para terminar con la crisis y/o reducir el impacto de sus efectos.
La pandemia del virus SARS COV 2 de 2019 (COVID 19) no fue la excepción. Desde diciembre de 2019 y hasta el pasado diciembre de 2022, la industria científica y tecnológica pública y privada despachó sendos recursos para atender las necesidades humanas.
Con el afortunado desarrollo de las vacunas, la crisis sanitaria recién comienza a encontrar su final, la humanidad vuelve a una tensa normalidad y los negocios emergentes concluyen.
El mejor ejemplo de lo antes descrito son los servicios digitales soportados en la nube que reportaron amplias ganancias durante el clímax de la pandemia, pero que hoy se ven forzados a recortar sus gastos ante la significativa baja en sus ventas y ganancias.
Grandes empresas tecnológicas han anunciado recortes en su plantilla laboral mundial para este año, los cuales equivalen al 5% y hasta el 13% del total de sus empleados en el mundo: Google (12 mil despidos) Microsoft (10 mil), Amazon (18 mil), Facebook (11 mil), Spotify (600), Twitter (4 mil), IBM (4 mil), entre otras.
Esta notoria desaceleración laboral tecnológica no significa la reducción del desarrollo tecnológico en el mundo, por el contrario, se espera que sea más eficaz y que parte del personal altamente calificado que fue rescindido de su contrato se incorpore o funde nuevas empresas tecnológicas nacientes (startups) que contribuirán al desarrollo de nuevas soluciones, pero no será inmediato.
Debe tenerse en cuenta también que este fenómeno no sólo es producto de la pandemia, hay razones financieras, políticas y bélicas que están haciendo que los inversores sean más cautos en 2023 ante una perspectiva económica desconocida posdpandemia y ante el incremento de hostilidades entre Rusia y Ucrania.
Sin duda será un año de una frágil estabilización económica, social y política.
*Responsable del Laboratorio de Iluminación y Eficiencia Energética
Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica
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