El número de muertos por los potentes terremotos del lunes superan hoy miércoles los 11 mil 200, de los cuales 8 mil 574 se produjeron en Turquía y 2 mil 662 en Siria.
En los dos países golpeados por el desastre se contabilizan también casi 55 mil heridos, muchos con fracturas y cortes de gravedad.
En medio de crecientes críticas al Gobierno por la ausencia de ayudas en algunas zonas afectadas por el desastre, Erdogan se desplazó a Kahramanmaras y visitará también la provincia de Hatay, una de las más castigadas.
Erdogan en mayo afronta unas decisivas elecciones que evaluarán sus 20 años en el poder.
El presidente anunció también ayudas económicas para las víctimas.
Pese a que en Turquía hay desplegados unos 60 mil miembros de equipos de rescate en la zona más golpeada, la devastación es de tal grado y el área tan amplia que todavía hay lugares a los que no ha llegado ayuda alguna.
Numerosos ciudadanos describen una situación dramática en pleno invierno por la falta de servicios y bienes básicos, con la interrupción de los suministros de agua, electricidad y calefacción, la carestía de combustible y dificultades para obtener medicinas.
Yilmaz Kurt, un médico especialista en urgencias que se desplazó a Maras con su coche cargado de material de primeros auxilios, declaró por teléfono que «la gasolina y el gasóleo para coches y vehículos encabezan la lista de necesidades».
Los rescatistas siguen liberando con vida a personas después de llevar más de 50 horas bajo los escombros, pero las tareas son cada vez más desesperadas en medio de temperaturas gélidas y réplicas que complican los trabajos.
En Siria la cifra de muertos por los terremotos asciende hasta ahora a 2 mil 662 y el número de heridos a 4 mil 985, mientras que cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros más de 50 horas después del seísmo inicial.
Las áreas de las provincias noroccidentales de Idlib y Alepo, en manos de la oposición y fronterizas con Turquía, concentran el mayor número de víctimas en un país ya castigado por doce años de conflicto.
EFE
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