Si usted revisa el Programa de Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional (PRODESEN) correspondiente a los años 2019 a 2021, no encontrará proyecto alguno para instalar parques solares en Sonora, ni que se mencione la necesidad de hacerlo. Realice lo mismo sobre el istmo de Tehuantepec, y verá que no había proyecciones de nuevas centrales.
¿Por qué no se habían considerado?
Porque se llegó a la capacidad tope de transmisión en la zona en ese momento; en ambas regiones no hay cómo conducir la energía de más centrales eléctricas y los proyectos de transmisión que estaban en licitación se cancelaron al iniciar este gobierno.
Las renovables no gustaron, ya fuera por razones ideológicas (mercado vs monopolios) o porque se contraponían al proyecto presidencial de refinar más petróleo que requería quemar más combustóleo y seguir operando así las termoeléctricas.
Por alguna de las dos razones anteriores o las dos, el gobierno frenó el otorgamiento de permisos de generación y la entrada en operación de centrales solares y eólicas. Los permisos negados sumaban varios miles de megawatts (MW) mientras que más de 2,100 MW de parques eólicos y solares terminados no se les permitía entrar en operación.
Estas medidas del gobierno eran contrarias a los tratados internacionales que México tiene firmados, y llevó a las consultas entre los gobiernos de Estados Unidos y Canadá con México. La presión ha sido tanta, que el gobierno mexicano se sacó de la manga dos grupos de supuestos proyectos para impulsar el uso de la energía solar y eólica.
Pero estos proyectos tienen dos grandes problemas:
Primero, Puerto Peñasco y los parques eólicos anunciados en el Istmo no desbloquean los proyectos detenidos ilegalmente, no ofrecen energía limpia ni barata a las empresas norteamericanas establecidas en México, ni son seña alguna de respeto al TMEC.
Segundo, los proyectos son ocurrencias con una serie de problemas técnicos que los vuelven carísimos y poco rentables.
Por ejemplo, Puerto Peñasco tiene un costo de 1,600 millones de dólares. El costo promedio en el mercado de un proyecto de gran escala así, sería de 850 MDD. Casi la mitad. Dicen que al final del plan serán proyectos por 5,000 MW y 12 mil MDD, un sobrecosto de 280 por ciento.
¿Por qué es tan caro Puerto Peñasco? Puede ser por costos inflados, por el alto costo de conectar el parque o por una mezcla de las dos causas. Además, en esa zona se genera mucha energía a costos de generación muy bajos, por lo que el pago a los generadores es muy bajo.
En resumen, Puerto Peñasco será un parque solar carísimo, con pérdidas altas en transmisión y que tendrá ingresos muy bajos. Si es un mal negocio, ¿por qué se hizo? Porque un amigo del presidente “donó» un terreno al gobierno y permitió simular el regreso a los proyectos de renovables. Por una ocurrencia, pues.
¿Lo duda? Busque el proyecto en los PRODESEN de 2019 a 2021. No está.
Otro ejemplo de ocurrencia es el anuncio de cuatro proyectos eólicos en el Istmo; Igual que en Sonora, aquí no hay capacidad de transmisión de energía eléctrica, se requieren inversiones millonarias para poder desarrollar proyectos y sacar la energía. Igual que en Sonora, el gobierno canceló proyectos de transmisión al inicio del sexenio.
Sobre el Istmo tampoco existen proyectos y hay algo peor: un parque solar en casi cualquier zona del país es funcional, pero el eólico no. Además, requiere de al menos dos años de estudios y más tiempo de desarrollo. Si estos planes se hacen realidad, su construcción iniciaría, por muy pronto, en 2027, a mediados del siguiente sexenio.
Todo parece indicar que son en realidad ideas sacadas de la manga, sin proyectos y solo para simular que el Gobierno Federal impulsa el sector. De ser realidad el impulso, pondrían a operar los más de 700 MW eólicos que no han dejado entrar en operación y volverían a conectar el parque que desconectaron a finales del año pasado. Pero mientras eso no suceda y planteen «proyectos» sin lógica técnica ni económica, queda claro que son solo ocurrencias para simular que se cumple con los acuerdos. Y los pagaremos nosotros, a costos carísimos.