Si hoy hablamos sobre la escena feminista en Puebla tenemos que hablar de Edurne Ochoa, consultora política, activista, feminista, madre y conduce un podcast, quien fue doblemente galardonada como Mujer Influyente y Consultora del año 2018 y 2020 por The Washington Academy of Political Arts and Science.
Ochoa, de 44 años, fue la primera consultora política en Puebla cuando había poco desarrollo sobre imagen pública en México.
Desde pequeña, Edurne vio a una madre fuerte, intelectual, trabajadora, que viajó por el mundo y se desarrolló profesionalmente.
Por otra parte, su padre le enseñó desde pequeña a romper estereotipos, pues se interesó en los deportes. Desde niña normalizó alzar la voz, hablar de política y ver a un hombre presente que no sólo apoyó en el cuidado de las hijas.
La presidenta de 33 Mujeres desde joven supo lo que quiso, sin embargo, su padre tenía miedo que aquella carrera poco sonada en México no le permitiera desarrollarse como profesional.
Abriendo camino
Tras estudiar en Barcelona, España, y regresar a México, le ofreció consejos a su padre sobre cómo presentarse como candidato cuando fue postulado a inicios de los 2000. Ese primer ejercicio le abrió las puertas para que otros políticos experimentaran una nueva forma de mostrarse ante los votantes.
Empezar a abrirse camino en un mundo de hombres entrañó dificultades y hasta acoso. “Están acostumbrados a que las mujeres lleguen a puestos por el camino que ellos quieren. Pero yo no iba a dejar que nadie definiera mi ruta más que yo misma”, señaló.
Activismo feminista
Tras abrirse camino como consultora, Edurne se cuestionó por qué las mujeres no llegan a puestos de poder o por qué la política era un mundo de hombres.
Como asesora de mujeres se cuestionó por qué ellas no verbalizaban sus aspiraciones, porqué no afirmaban: quiero ser gobernadora. Por el contrario, cuando les preguntó qué queríanser, respondieron: lo que el partido me demande, lo que el partido me solicite.
“El ‘síndrome del impostor’ es común en las mujeres, sin embargo, yo siempre me asumí como consultora y sabía que debía abrirme camino. Así que todo lo que aprendí en la carrera lo apliqué en mí. Sabía que debía posicionar mi nombre. A pesar de las resistencias y los acosos”.
Mamá y consultora
Para Edurne, llevar su vida profesional y personal ha sido un reto, pues ser consultora es un trabajo desgastante per se y el trabajo de madre también es exigente.
Edurne creció con una madre independiente, con un trabajo fuera del hogar, con lo cual sabía que debía apoyarse en crear una comunidad que apoyara su maternidad. Así que decidió maternar y trabajar simultáneamente.
Es momento de hablar de salud mental
El reto no acabó con la búsqueda de un balance entre la vida familiar y laboral. Luego de dar a luz a su primer hijo, perdió a un segundo, situación que detonó en una ansiedad crónica.
Esta situación la hizo reflexionar sobre el estigma que hay alrededor de la salud mental y cómo se debe hablar sin vergüenza del tema, porque es más común de lo que se cree.
Ser feminista y asumir los costos
Tomar una postura en los derechos por las mujeres es asumir también costos. Ser feminista y líder en la causa conlleva un peso y un desgaste emocional del que poco se habla, pues consideran que las mujeres “son fuertes” y no pasan por momentos oscuros y difíciles.
En el camino, hay situaciones que no se pueden cambiar o gente que muestra su antipatía ante la lucha, situaciones que han llevado a Edurne a querer claudicar.
“Si no hubiera sido por ti, me hubieran matado”, cuenta Ochoa que le dijo en una mujer, pues la carga es pesada, pero saber que ha logrado incidir en la vida de ellas alimenta el ímpetu de continuar.
Incluso, dijo, hay quien asume que tu vida es maravillosa: Edurne, no sabes cómo me gustaría ser tú, le dijeron a la activista.
Fotos: Citlalli Tepale