El primer fin de semana del mes de junio hay elecciones estatales en Coahuila y Estado de México. Siendo una industria, además de procedimiento ritualizado como sine qua non de la “democracia de ínfima calidad” justificando al “sistema político mexicano”, es entendible los medios se saturen de palabrería vana. Así, ediciones especiales e insertos en periódicos y revistas, “mesas de análisis” por radio y televisión, como el constante bombardeo de infomerciales, documerciales y abierto acoso telefónico, son tan predecibles como lamentables. También lo es el carácter venal con que los “púnditos” (también conocidos como “comentócratas u “opinólogos”) ejecutan sus rutinas circenses para entretenimiento. Bien conocido es el lamento que los medios lejos de informar, investigar, cuestionar, o confrontar a los poderes legalmente constituidos y fácticos, formales y criminales, administra su imagen pública echando mano de los recursos con que cuentan. Tintes de una paleta bien conocida se usan para dar pátinas de legitimidad en un juego de decepción. Rosa para el “género”, verde para el “ambientalismo” o “conservación”, y hasta marrón para lo “originario”-popular, se suman a la blancura “de-lirio” con que no se oculta nada de la agrietada y descarapelada estructura.
Dado lo indefendible que es el sistema de partidos de la transición ocupando el espectro de derecha (PAN), centro (PRI) e izquierda (PRD) y su fragmentación para la descomposición en coaliciones (ellos tres contra morena y la pedacería de marginales [PT, PV y MC] con morena), es que el espectáculo demanda labores no de análisis sino de videntes. Así, del plano internacional se toman los ejemplos del finde anterior con Turquía, señalándonos los peligros del populismo fundamentalista aldeano y arrabalero para eternizar en el poder a un déspota, o España y la compleja fisión-fusión de su sistema de partidos con dos grandes contendientes y residuos político-ideológicos auxiliares. Sin saber los rudimentos de geografía e historia, teología o literatura, relaciones campo-ciudad(es) y la dinámica entre Estambul y Ankara, tampoco la relación con y contra la Unión Europea dentro de la OTAN, o las acusaciones de genocidio(s) armenio (y kurdo) es que se usa el espantajo de Erdogan como un Peje islamista, califa de masas enajenadas y la eficiencia de la polarización. Igualmente, por un lado la debacle de Ciudadanos como “derecha decente” haciéndole el trabajo sucio al Partido Popular cuando no hay necesidad de máscaras o remilgos pues Vox muestra su babeante jeta en trance de sangre al grito de “¡con dos cojones!” y por el otro, el desternillante naufragio de Podemos como lastre al PSOE, así como mortal compañero de cama de Izquierdas Unidas (renombrado tantas veces como su identificación con la burla lo permitió) en las municipales, obligan a que se pondere si MC, inspirado en Ciudadanos se someterá a morena como el PT y Verde, o repetirá el fracaso con el PAN. Ni Podemos, ni Unidas requieren elaboración, pues los que regentean al primero cobran en morena y las segundas no tienen eco ni en el PRD. Vox es el gran atractivo para los personajes más retardatarios del PAN, pero lo importante es lo masturbatorio del ejercicio. Ciertamente conocemos mucho más de España que de Turquía. Todos tenemos amigos y colegas que siguen identificándose con la madrasta apátrida, saben de qué pueblo vino alguno de sus antepasados y hasta han “peregrinado”. Otros se lo inventan, sea porque Fortuna les permitió pasar el tiempo suficiente para embobarse, pero regresan (demostrando nunca se fueron) transformados como el descastado “Macho” Hugol (a quién siguen identificando como “manito” o “indio” en la prensa de ultramar), para hacer mofa de ellos mismos de todas las maneras posibles. Sabemos ubicar a sus principales ciudades en los mapas, no así las dinámicas de cada comunidad autonómica y la refriega municipal de sus guerras culturales, en tanto dinámicas de desintegración político-ideológica y demográfica. Si de Turquía sabemos espuriamente por infames telenovelas, de España tenemos exceso de goce, al afirmar o renegar de nuestro vínculo histórico-lingüístico para animar tertulias.
En una semana cuando se haya contabilizado y concedido el resultado en el Estado de México y Coahuila, todo esto será cháchara para el olvido. Nadie dirá que el resultado en el primero augura lo que viene en el 24, como que tampoco habrá duda de que el segundo confirma al PRI como antagonista regional al PT en Durango-Coahuila. Ni Toluca atrae más que comparaciones abusivas con Pachuca o Tlaxcala, pues las dinámicas poblacionales y político electorales se dan por áreas de influencia entre la Ciudad de México y su segregación territorial por clase (que es siempre ya caricaturizada con folclor racista) y los estados vecinos. Tampoco es sino la Comarca Lagunera la que priva por arriba de Saltillo y las transas de los mineros por el deshabitado norte de Coahuila. Aun si se lograse la hazaña de alcanzar y ganarle a la impresentable personera del presidente, no cambiará la suerte del PRI. En Coahuila no precisó de los partidos de su alianza, en el Estado de México sin ellos ya no es nada. En el primero aplican los análisis de competencia entre élites político-económicas regionales, en el segundo el manejo de masas vía clientelismo con la compra, inducción y condicionamiento de votos frente al reto de ideologizar a los indecisos en tanto “ciudadanos de clase media”. Una golondrina (o dos) no hace(n) verano y nada cambiará de cara al rejuego del 24 dentro de morena.
Indudablemente la unción del “juanite” (así con minúscula y en clave incluyente) del presidente para la elección del 24 es el factor más importante para la definición del terreno y condiciones de pugna. Dependiendo quién sea será el resquebrajamiento de la coalición gobernante. Qué lazos los unen y que amenazas los dividen internamente permitirá que la oposición hecha alianza trate de pelear contra la estructura territorial y presupuestal. No tendrá ningún falso heroísmo como el del PAN doctrinario, tampoco posibilidades de un asalto por el neopanismo empresarial con “bárbaros del norte” arrastrando a occidente a su corriente. Menos aún hacer mella en el sur que se cree centro y al que ya podemos disfrazar de “sur[-sureste] profundo” así sea sólo por su miseria y buena comida. Externamente es la elección estadounidense la que jugará presionando esa selección pues tendremos espectáculos políticos concurrentes. Para la industria de consultores, “spin doctors”, impresores de propaganda y productores de “contenido” (vacío) son buenas noticias. De la misma manera que adoptamos los “debates” televisados sin la mínima crítica o esfuerzo de traducción política-cultural respecto a esa institución estadounidense y su evento fundacional (Nixon Vs Kennedy en 1960), así se organizarán “primarias”, como los desfiles de esperpentos que son, sufriremos las versiones región 4 del “marketing” y—peor aún—nos interpelarán al grado de elegir bando sino es que impresentable “candidate”. Todo eso se debe tener en cuenta, pues en el espectáculo de la política electoral no vale perder amistades. Sirve, ciertamente, como pretexto para dar de baja a conocidos de redes sociales, pero no da para más. Es de “a mentis”, como la trastornación de cuatreros en marcha respecto al multiculturalismo neoliberal del PRIAN impuesta desde D.C., no siendo ni Turquía ni España escapes más allá de la fantasía y veraneos para quiénes pueden tragarse la monserga “ciudadana”.