El cineasta mexicano Guillermo del Toro le apuesta una vez más al terror y a los monstruos. Lo hace a través de Historias de miedo para contar en la oscuridad, un filme que produce bajo la dirección de André Øvredal y que busca atraer la atención, principalmente, del espectador adolescente.
Lo anterior, debido a que la trama parte de un grupo de amigos adolescentes que busca resolver las macabras y repentinas muertes que han ocurrido en su pueblo Mill Valley, Pennsylvania, y que los involucra luego de visitar una mansión que, dicen, está embrujada.
Todo comienza cuando desaparece la madre de “Stella”, durante la noche de Halloween en 1968. En la búsqueda de ella y también de dulces, llegan a una casa abandonada cuya leyenda afirma que ahí ocurrieron varios asesinatos.
Husmeando entre los estantes llenos de polvo, los chicos se topan con un cuaderno de cuentos escritos por “Sarah Bellows”, la hija de la familia que habitaba en el lugar y que, cuentan los vecinos, fue sospechosa de los crímenes ahí cometidos.
“Stella” decide llevar el cuaderno a su casa para leer cada una de las historias. Pero nunca supuso que éstas se escriben solas y con sangre como tinta, por lo que terminarán siendo una realidad afectándola a ella como a sus curiosos amigos.
Cada uno será atacado por un monstruo diferente, los cuales si bien se ven raros, es poco el miedo que producen; incluso, hasta provocan algunas carcajadas del espectador como aquel espantapájaros “Harold” y los obesos del hospital psiquiátrico.