Foto Mireya Novo
El gobierno anterior (morenovallismo) «atropelló» y «pulverizó» a las instituciones, eso justifica que hoy solo exista una persona en buscar ser el titular de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, señaló Roberto Ignacio Alonso Muñoz, catedrático de Ciencias Sociales de la Ibero Puebla.
Indicó que el Órgano de Transparencia, la Auditoría del Estado y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, entre otros, fueron «capturados» por la administración estatal pasada, colocando a actores a fin y eso desbibujó la imagen de dichas dependencias.
«Es una triste noticia que no haya respuesta de la sociedad a la convocatoria para elegir a un ombudsman, pero también es explicativo el estado del que venimos, particularmente, de estas formas autoritarias del ejercicio en el poder, del desequilibrio de poderes y la falta de contrapesos institucionales y de que el gobierno anterior, los gobiernos anteriores, atropellaron las instituciones al grado de pulverizarlas por la vía de la captura. La Comisión de Derechos Humanos del Estado, el Órgano de Transparencia (ITAIP), la Auditoría del Estado, entre otros órganos autonómos, fueron capturados, llegaron personas a fines de los gobernantes en turno y de alguna manera, desdibujaron la naturaleza y el trabajo de estos organismos, de manera que no es extraño que no haya interesados en participar en esa convocatoria (de buscar al nuevo titular de la CEDH)», mencionó.
Por lo anterior, Alonso Muñoz indicó que al existir un nuevo gobierno «soplan aires distintos y habrá que ver si realmente se termina creando un mejor ambiente más democrático, y la sociedad también tendrá que responder».
Lo anterior, al presentar junto a Gabriel Mendoza Zárate, académico del departamento de Ciencias Sociales y a Juan Luis Hernández Avendaño, director del departamento de Ciencias Sociales de la Ibero Puebla, el Observatorio de Participación Social y Calidad Democrática.
Sobre lo anterior, Avendaño enfatizó que la clase política mexicana, las élites políticas locales y nacionales, no tienen convicciones democráticas sólidas, lo que preocupa porque México merece tener mejores clases políticas, pero también preocupa que la base social, los ciudadanos también tienen bajas convicciones democráticas.